Un empate aburrido, pero valioso
En un partido insípido y monótono, Junior igualó 0-0 en su visita al Alianza Petrolera y aseguró la clasificación a los cuadrangulares.
En un partido monótono y soporífero, Junior igualó 0-0 ante Alianza Petrolera, anoche, en el estadio Daniel Villa Zapata, de Barrancabermeja, y aseguró la clasificación a los cuadrangulares semifinales de la Liga Águila II, a falta de una jornada de la fase regular. Los rojiblancos, que ostentan la mejor defensa del torneo con solo nueve tantos en contra en 19 jornadas, completaron 12 juegos sacando su arco en cero.
No se hicieron daño. Junior y Alianza Petrolera se conformaron con un punto y firmaron un somnífero, insípido y monótono empate que representó, además de muchos bostezos a los arqueros y a los espectadores, la clasificación de los rojiblancos a los cuadrangulares semifinales de la Liga Águila II, en donde intentarán buscar su tercera estrella consecutiva y la décima de su historia.
Más allá del tedioso trámite del juego en el esta- dio Daniel Villa Zapata, de Barrancabermeja, la igual- dad le sirvió a los dos, pero solo selló plenamente el tiquete de los Tiburones a la siguiente instancia del torneo. Alianza sigue adentro y con enormes posibilidades de avanzar, pero matemáticamente no tiene garantizado su cupo entre los ocho mejores de la tabla de posiciones.
El partido careció de emociones. Los dos equi- pos se mantuvieron orde- nados y despiertos, sin dar ninguna clase de venta- jas, demostrando por qué ostentan las mejores defensas del torneo ( junto a Santa Fe).
Aunque Junior esta vez no contó con Germán Mera, que venía siendo uno de los bastiones de la zona posterior, no perdió su habitual seguridad. Rafael Pérez, que reaparecía después de haber estado ausente varias fechas, inicialmente por una lesión, reemplazó de forma correcta al vallecaucano y se complementó sin problemas con su acostumbrado socio, Willer Ditta.
Junior, que solo ha recibido nueve tantos en 19 fechas ligueras (la valla menos vencida), completó ayer su duodécimo encuentro sacando su portería invicta. Solo le han marcado en siete partidos, y solo dos veces más de un gol (2-0 ante Patriotas y 2-1 ante Pasto).
Además de las virtudes de cada escuadra para contener al rival y cerrar sus pórticos, Alianza y Junior encallaron ofensivamente por falta de determinación, atrevimiento, desborde, velocidad, habilidad, chispa, inventiva, sorpresa y asocio.
Teófilo Gutiérrez no estuvo acertado y Daniel Moreno y ‘Cariaco' González intentaron desequilibrar con intermitencia y sin respaldo claro de los volantes ni acompañamiento constante de los laterales.
Con las espadas sin filo y los escudos siempre en alto, los primeros 45 minutos se cerraron pintados de blanco.
En el segundo tiempo, el choque continuó en blanco y negro. Nunca apareció una jugada individual o colectiva que le diera color al enfrentamiento.
Alianza procuró por ratos vulnerar la resistencia de los dirigidos por Julio Comesaña, pero nunca encontró las rutas despejadas. Incluso, los pupilos del DT colombo-uruguayo contaron con la mejor y única opción nítida de gol en todo el partido en los pies de Daniel Moreno. Empero, el atacante definió sin la suficiente puntería en su mano a mano con el arquero guatemalteco Ricardo Jerez.
Eso fue lo más emocionante del juego. De resto, toque-toque sin ambición y sin ton ni son. Interrupciones, acciones intrascendentes. Una rutina que aburrió a quienes se sentaron a ver el juego, pero que dejó felices a los dos escuadras en contienda y totalmente clasificada a la rojiblanca.