Junior, en busca del ‘Tri’
Junior inicia mañana la búsqueda de un doble objetivo: retener el título obtenido el semestre anterior y alcanzar, por primera vez en la historia de los torneos cortos en Colombia, un tricampeonato de manera consecutiva.
Para luchar por tan motivante y compleja tarea cuenta con una buena porción de virtudes futbolísticas y de experiencias ganadoras, que no obstante no lo catapultan a la condición indiscutible de favorito. Ha tenido, durante el transcurso de la temporada regular, los mismos vaivenesy de rendimiento que el resto de los otros siete clasificados.
Llega a esta instancia como el equipo que mejor se defiende. Apenas nueve goles recibidos en 20 partidos. Pero el mérito de su bajísima vulnerabilidad no radica solo en esos formidables números, sino que siendo un equipo que no es defensivista en su patrón de juego, que generalmente busca tener la iniciativa y la mayor posesión del balón, que el perfil de sus mediocampistas y laterales es más ofensivo o, al menos, de manejo y pasadores que de rigurosa marca; que alinea casi siempre a Narváez como único volante de marca, digo que, a pesar de estas características que teóricamente pudieran ir en contra de un apropiado blindaje defensivo, Junior no tuvo grandes y mucho menos continuos sobresaltos en su área en la mayoría de los partidos jugados.
Tampoco necesitó de la exuberancia física para intimidar y ahuyentar a los rivales de los predios de Viera: solo Mera, Pérez o Ditta y Narváez tienen esos rasgos.
Esto, que ha sido su fortaleza y principal soporte de la campaña, es decir la posesión que le quita ritmo y protagonismo ofensivo al rival, en un punto se transforma en su debilidad.
La falta de agilidad, cambio de ritmo y penetración le disminuyó la peligrosidad a esa posesión y redujo el número de goles : menos de un gol por partido. Las escasas visitas de los volantes a la zona de definición y su pálida relación con el gol. El discretísimo aporte de los delanteros contratados para este semestre, salvo las intermitentes, pero alentadoras actuaciones del joven Cetré. La falta de un socio idóneo para Teófilo más cerca o dentro del área (las pocas presencias de Sandoval mejoraron este ítem).
Estas, y seguramente otras razones explican lo que es, sin dudas, la debilidad con la que convivió Junior este semestre. Candidato o no, favorito o no, Junior tiene el valor agregado que, quizá, no se explica estrictamente en términos futbolísticos, pero patrocina la actitud: un sistema nervioso educado para enfrentar las finales. Junior se ha tuteado con el éxito últimamente, y eso genera seguridad. El incomodísimo Tolima será su primer escollo.