El Heraldo (Colombia)

253 títulos de propiedad a víctimas de las ex AUC

Campesinos de Aracataca y El Piñón, que huyeron tras las masacres en Playón de Orozco y el predio Tranquilan­dia, son nuevos propietari­os

- Por Agustín Iguarán

SANTA MARTA. La Agencia Nacional de Tierras, ANT, entregó en los municipios de El Piñón y Aracataca, Magdalena, 253 títulos de propiedad a campesinos que no solo han superado las secuelas de la violencia, sino que se sienten más arraigados a sus tierras.

En El Piñón, la entrega se hizo en Playón de Orozco, un poblado cuyos habitantes fueron desplazado­s tras una arremetida paramilita­r en el año 1999, en la que asesinaron a 28 personas.

En Aracataca, fue el predio Tranquilan­dia, un fortín paramilita­r con un largo proceso de despojos, usurpacion y violación de derechos humanos, entre los años 1990 y 2000.

Fueron 228 predios registrado­s en El Piñón para un total de 296 beneficiar­ios directos, de los cuales 149 son mujeres, mientras en Aracataca fueron adjudicado­s 25 títulos de bienes baldíos.

Para la directora de la Agencia Nacional de Tierras, ANT, Miryam Carolina Martínez Cárdenas, “reconocer y apoyar el derecho que tienen los campesinos de acceder y trabajar la tierra de forma legal, es la máxima apuesta que lidera la entidad como autoridad de tierras de la nación”.

Una de las visitas de la ANT fue al predio de San Luis, en el corregimie­nto Playón de Orozco, que ha sido el hogar de Edith Cecilia Ahumada Lozano, su esposo y su familia, que poco a poco ahorraron unos recursos para comprar un lote en dicho corregimie­nto.

LAS MASACRES. El 9 de enero de 1.999, hombres armados irrumpiero­n en su casa y la obligaron a abandonar el predio en compañía de sus hijos.

Narra que mientras el pueblo se preparaba para celebrar los bautizos comunales, un grupo de paramilita­res al mando de Tomás Freyle Guillén, alias Esteban, y la escuadra de Francisco Gaviria, alias Mario, del Frente Pivijay –Bloque Norte de las AUC– rodearon el pueblo para cometer una de las masacres más recordadas. Los paramilita­res no solo asesinaron a pobladores, sino que saquearon y quemaron viviendas.

Edith y su familia se vieron obligados a marcharse a la casa de un familiar en Pivijay. Fueron 6 meses de exilio y tristeza por haber dejado atrás la tierra que tanto había luchado para conseguir, la misma que hoy la ANT la titula a su nombre.

En el caso de Tranquilan­dia, en el 2016 se profirió el fallo sobre la restitució­n del predio ubicado en el municipio de Aracataca, un espacio que por su ubicación estratégic­a, porque permite el paso hacia la Sierra Nevada de Santa Marta y los departamen­tos de Cesar y La Guajira, ha sido centro de disputa armada, dejando como consecuenc­ia desplazami­entos y homicidios, entre otras violacione­s graves a los derechos humanos.

Para Julio Armenta Ospino y su esposa, Eufemia Isabel Vanegas, recibir esta noticia como nuevos propietari­os, tras 26 años de espera, es un “milagro de la vida que nos permite iniciar un nuevo camino”.

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SUMINISTRA­DA Los nuevos propietari­os y directivos de la Agencia Nacional de Tierras.

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