Líderes piden poner fin a los brotes de violencia en Bolivia
Han muerto quince personas en cuatro semanas de protestas. Campesinos marchan nuevamente en contra del Gobierno.
LA PAZ. Autoridades bolivianas de distinto signo llamaron ayer a la pacificación del país, tras la muerte de cinco campesinos leales al exmandatario Evo Morales en enfrentamientos con la policía, pero el clima de tensión obligó a la suspensión de una concentración por la paz por razones seguridad.
La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, lamentó que las muertes parecen resultado del “uso innecesario o desproporcionado” de la fuerza policial o militar y advirtió que ello puede llevar a la situación en Bolivia a “salirse de control”.
“Estamos pasando momentos difíciles, pedimos a los movimientos sociales y otras organizaciones que depongan posiciones”, reclamó la presidenta de la Cámara de Senadores, Eva Copa, del partido de Morales, que llamó a sesiones para el martes.
“Convocamos al ahora oficialismo a poder sentarnos para dialogar sobre las bases en las cuales se va a enmarcar esta convocatoria y estas [nuevas] elecciones”, dijo Copa.
Jerjes Justiniano, ministro de la Presidencia del nuevo gobierno de la mandataria interina Jeanine Áñez, había manifestado antes que las gestiones para acabar con la violencia deben involucrar “al país completo” y exhortó a que los bolivianos: “Depongamos esa actitud (de confrontación) y que, por el contrario, busquemos cosas que nos unen”.
Sin embargo, una “concentración por la paz”, convocada por asociaciones vecinales de La Paz para pedir por el cese de la violencia tras casi cuatro semanas de protestas, enfrentamientos y saqueos, fue suspendida a último momento por los organizaciones “por razones de seguridad”, según dijeron a la AFP.
A unas cuadras de esa fallida concentración, unos mil campesinos marchaban en contra del nuevo gobierno provisional y a favor de Morales.
Morales, asilado en México desde el martes, renunció tras perder apoyo de las fuerzas armadas, después de tres semanas de protestas por su cuestionada reelección en los comicios del 20 de octubre.
Jean Arnault, enviado personal del secretario General de la ONU, António Guterres para sumarse a una mesa de negociación entre oficialistas y congresistas pro-Morales mesa, tuvo ayer un primer contacto con Áñez, en el Palacio Quemado de La Paz.
Con Áñez habló acerca de “la pacificación”, “y de la necesidad urgente de un diálogo y a conseguir el objetivo anhelado de la celebración de elecciones transparentes” (un compromiso asumido por la presidenta interina), dijo a periodistas.
La violenta jornada del viernes, que arrojó cinco campesinos cocaleros muertos, según el gobierno, y ocho, de acuerdo a la Defensoría del Pueblo, elevó a 15 el número provisional de fallecidos desde el inicio de los conflictos.
Tras velar a los muertos en plena carretera de Sacaba (centro), una masiva columna de dolientes, vigilada por policías y militares, se dirigía este sábado hacia la vecina ciudad de Cochabamba, donde tienen previsto exigir justicia al gobierno provisional.