Pese a que el río baja su nivel, la erosión no da tregua en Salamina
Alcalde dice que se requiere instalar geocontenedores.
Los expertos sostienen que hay que actuar pronto con mega bolsas para evitar que siga avanzando. El 90% del caudal delMag dale base concentra en la zona con El Piñón.
SANTA MARTA. Mientras el Invías trabaja en el desplazamiento del eje de la carretera y la comunidad sigue expectante, el río Magdalena continúa su acción erosiva en el kilómetro 2,4 entre Salamina y El Piñón, sector conocido como La Bonga o Tamarindo.
Aunque el proceso va lento, los expertos señalan que hay que actuar pronto y enfatizan en que “no se deben escatimar los esfuerzos”.
Por eso insisten en que la obra de mitigación más rápida es la instalación de megabolsas o geocontenedores, ya que de esa forma se gana tiempo para que las entidades responsables logren conseguir los recursos para los estudios y trabajos definitivos.
Por lo pronto, ya existe un diagnóstico elaborado por el ingeniero civil y especialista en hidráulica de ríos y costas Eddie Lora, hecho a petición de la Alcaldía de Salamina, el cual podría ser de gran valor a la hora de llevar a cabo la deseada solución
“Esto es importante porque nos da luces de lo que sucede y las tareas a ejecutar”, dijo el mandatario salaminero José Nicolás Díaz Marchena.
Señaló que el río ha bajado su nivel, pero la erosión ha avanzado hacia la cabecera municipal.
Por tanto, aspira a presentar en esta semana el estudio al Gobierno nacional para que la Unidad
Nacional de Gestión del Riesgo y Desastres, Ungrd, lo apruebe y desembolse los recursos para iniciar los trabajos, a más tardar en los primeros días de diciembre.
Esta obra – de acuerdo con los estimativos de los expertos – tiene un costo aproximado a los $5 mil millones.
En un Comité Departamental de Gestión del Riesgo realizado este martes en la antigua sede del Hospital San Juan de Dios, de Santa
Marta, el alcalde de Salamina presentó el proyecto para acto seguido remitirlo a la Ungrd, en Bogotá.
EL ESTUDIO. Dentro de los análisis que se han realizado para atender la emergencia en el sector La Bonga, se hicieron mediciones batimétricas (profundidades), de corrientes y caudales, además de un análisis de variabilidad de orillas, de la isla conformada frente al boquete y del comportamiento hidráulico de la zona.
De acuerdo con el ingeniero Eddie Lora, la zona es bastante compleja por ser de alta variabilidad.
Con evidencias gráficas mostró que la aparición de la isla incrementó el proceso erosivo. Ese espacio de tierra hace que el flujo de corriente se concentre y se desvíe con fuerza hacia la orilla produciéndo la erosión.
En las mediciones que se hicieron de caudales, se estableció que son 7 mil metros cúbicos de agua los que bajan y que aproximadamente 6 mil 200 metros cúbicos se van por el brazo derecho. “Lo anterior quiere decir que el 90 por ciento del caudal del río esta concentrándose por esa zona, entonces aumentan las velocidades y eso es lo que genera el proceso se erosión”, anotó el ingeniero Eddie Lora.
Agregó que la zona donde está el boquete o la vía es de muy baja resistencia, lo
cual es muy fácil que el río lo erosione porque el terreno no está bastante consolidado.
Añadió que hacia el sector del boquete se presentan corrientes secundarias que generan vórtices o turbulencias y que, justamente en los puntos criticos, se presentan profundidades superiores a 25 metros.
“Estos vórtices es lo que hace que el material se desprenda, porque las velocidades de la corriente son superiores a 2 metros por segundo.
LA ISLA. Entre los años 2004 y 2019 el río muestra una evolución en el que la isla aparece y desaparece.
De acuerdo con el estudio realizado, en el sector del boquete, en el año 2000 al 2004 no había isla y solo se observaba un promontorio aguas abajo de Salamina.
En el 2011 –aguas arriba del boquete– empieza a aparecer una isla, pero al tiempo la que estaba aguas arriba de Salamina empieza a variar en su dimensión.
En el año 2012 –aguas arriba del sitio de la erosión– se empieza a acumular una gran cantidad de sedimentos y la isla que está en Salamina comienza a migrar hacia abajo y a volverse más grande, proceso que muestra una alta dinámica y variabilidad.
Pero en el año 2016 – justamente frente al boquete– empieza a aparecer una isla y la que estaba en Salamina desaparece.
En el año 2017 la isla frente a la zona erosionada desaparece, pero en el 2018 se asoma nuevamente, la cual hoy persiste, siendo la causante de los principales efectos en la zona del boquete.