Junior, a salvo, pero a mejorar
La precocidad anotadora de Flamengo (apenas 6 minutos y Everton ya convertía el primer gol) disparó todos los temores previos que estaban instalados en los hinchas junioristas por la reconocida superioridad del club brasileño y la inestabilidad futbolística actual del equipo barranquillero. En el primer desborde de De Arrascaeta, su centro rasante al área, Fuentes que no cierra con la diagonal de Everton y la fina definición de este invitaban a los presagios más fatalistas. Pero no fue así. A partir de ese momento, Flamengo desplegó una cuidadosa posesión del balón, una agradable coreografía de pases y un coral concepto del juego en donde todos participan con y sin el balón, pero sin generar peligro en cercanías del área rojiblanca.
Tal vez porque se regodeó demasiado, o, quizá, fue el correcto repliegue de los que defendían en Junior. El gobierno que ejerció Flamengo tuvo que ver, por supuesto, por su calidad superior, pero también porque no encontró obstáculos mayores en el centro del campo, al tener Junior un plan de ataque sin volantes sino con cuatro delanteros. Además, porque en fase defensiva, Junior no contó con el aporte de Teófilo y Borja (en un partido ante un rival del nivel de Flamengo no se puede dar ese "lujo").
En los estertores de la primera etapa, Teófilo dilapida una situación de gol muy clara nacida en un quite arriba de Didier Moreno, y rematada muy débil y al cuerpo del arquero Alves. ¿Y qué hubiera sido del futuro del partido si al irse al camerino es empate el resultado? Como no lo sabremos nunca porque no sucedió, lo real fue que el segundo tiempo fue de menos dominio de Flamengo y de algunas jugadas (que no buen juego) del Junior, que tuvieron en la imperfecta resolución de sus atacantes y la mano izquierda del arquero Alves sus enemigos. En ese período, Junior conservó su acertado operativo defensivo, solo vulnerado al final en el contraataque que antecedió al segundo gol de Everton.
La injerencia del técnico Comesaña en las sustituciones, tuvo a su favor la elección de dos de los tres que entraron (Valencia y Cárdenas, sin comentarios lo de Viáfara), pero en contra, a mi juicio, tuvo la de sostener a Borja que tenía un discretísimo partido ( nivel que, en mi opinión, incluye los últimos 3 partidos), y el tardío ingreso del volante ofensivo. En resumen, Salió magullado Junior, pero no desprestigiado. Fue derrotado pero no vapuleado por el mejor equipo del continente. No obstante haber salvaguardado el honor, futbolísticamente aún persisten imperfecciones en su funcionamiento. Deberá mejorar si desea protagonismo en la Libertadores.