El inspector Leonardo Siado y su satisfacción por el deber cumplido
Cuando adelantaba sus labores como inspector mecánico, durante un turno de madrugada, un pensamiento inspirador se apoderó del Leonardo Siado Ocampo.
Mientras revisaba el trabajo que realizaba su equipo de trabajo, empezó a pensar en el sentimiento de orgullo que embargaría a sus hijos cada vez que pisaran el aeropuerto Ernesto Cortissoz.
“Empecé a imaginarme que cuando mis hijos llegaran al aeropuerto después de un viaje de trabajo o de vacaciones, se sentirán satisfechos al recordar que su padre estuvo presente en este gran proyecto”, recuerda el hombre, quien trata de evitar que su voz se quiebre.
Para Siado, quien es técnico soldador y cuenta con 12 años de experiencia, un factor clave para tener éxito en esta titánica labor fue la organización y el engranaje de los distintos equipos de trabajo.
Muestra de esto, según su relato, es el trabajo mancomunado que se realizó por varias semanas en el área de ‘check-in’ del Cortissoz.
“Fue un trabajo en conjunto, parecíamos un reloj suizo. Hubo personas desarrollando la obra civil, mientras otros estaban encargados del trabajo eléctrico y otros de las labores mecánicas”, explica Siado, quien agrega que la pasión de todos los empleados es un motor que ayudó a cumplir la primera meta y que, sin duda, los empujará a cumplir el cronograma a cabalidad.