Planes para estar con los niños en casa
El Gobierno ordenó suspender las clases en escuelas del país como medida de protección ante el coronavirus Mantener hábitos de educación, de ocio y de sueño son algunas de las recomendaciones de expertos durante el cese escolar.
Cada año las familias vuelven a adaptarse a la rutina de la escuela después de las vacaciones. El llanto, las pataletas y la pereza de los pequeños para regresar al colegio, por lo general,en esta época, son una prueba superada.
Se levantan con la alarma, se bañan, en algunos casos sin mal genio, se quedan con la maestra sin llorar, por la tarde hacen sus tareas y tras un tiempo de esparcimiento (permiso para jugar, ver Tv o estar frente al computador) se acuestan temprano para descansar y vivir un nuevo día.
El pasado domingo, el Gobierno nacional anunció medidas para frenar el índice de contagios en el país por coronavirus —57 al cierre de esta edición—. Entre estas precauciones de las autoridades sanitarias está la suspensión del servicio en algunos establecimientos, la restricción del arribo de extranjeros al país, la prohibición de reuniones de más de 50 personas (anunciada ayer) y la suspensión de clases de universidades y colegios públicos y privados.
En ese sentido, ¿qué hacer con los niños en casa? ¿cómo retomar la rutina tras la situación anómala que repercute en los hogares tras la intempestiva propagación de este virus?
“NO SON VACACIONES”. Para evitar los contagios, las clases dejarán de ser presen- ciales y se llevarán a cabo a través de la plataforma virtual Colombia Aprende. Asimismo, a partir del 30 de marzo se adelantarán las vacaciones en instituciones educativas públicas hasta el 30 de abril.
“A partir del 20 de abril, teniendo en cuenta la evolución del coronavirus en el país, se determinará si se continúa con el calendario académico presencial o virtual”, dijo el presidente de la República Iván Duque en una alocución el pasado domingo.
Para Eliana Peñaloza, docente investigadora del Instituto de Estudios en Educación de la Universidad del Norte, es muy importante tener en cuenta que no son unas vacaciones con salidas”.
“Tenemos, en lo posible, que mantener unos hábitos con los niños, unas rutinas, tal vez no sea necesario despertarse tan temprano, pero sí mantener un horario. Bañarse en la mañana, enseñarles a arreglar su cuarto, distribuir actividades donde puedan jugar con fichas, hacer juegos de roles, juegos lúdicos, de reglas simples. Es importante tener en cuenta también el uso regulado de la tecnología. Que esta no se convierta en un chupo tecnológico”, manifiesta.
Recuerda también que para mantener estos hábitos es necesario que los pequeños se acuesten temprano y mantengan una buena rutina del sueño.
Marcos Vanegas, coordinador del Programa de Licenciatura Infantil de la Universidad del Atlántico, es enfático en que la rutina no debe perderse debido a que el niño ya realizó “un proceso de adaptación”.
“Ante la suspensión de actividades académicas por el coronavirus, los niños deben seguir con el trabajo que tenían como en su jornada de clases”.
“Es importante que se levanten temprano, desayunen en el comedor con la familia y tengan una rutina de trabajo de acuerdo con los horarios que venían implementando en su sitio educativo. Así podrían tener mayor organización y autocontrol de sus propias actividades, lo que dependerá en gran medida de que los padres de familia establezcan ese horario de acuerdo con los diferentes trabajos que el niño realizaba la institución”.
Vanegas afirma que mientras el niño adelante trabaademás jo y termine sus procesos debe tener un espacio de descanso para jugar en la casa con algunos elementos lúdicos.
“Lo importante es que tenga supervisión de los adultos para que pueda ir adaptándose a esta nueva forma de trabajo”, señala.
Miriam Ortíz, doctora en Educación y directora del doctorado en Educación de la Universidad Simón Bolívar, explica que la sugerencia para los padres es procurar el menor número de cambios posibles en las rutinas de sus hijos.
“Es importante organizar una rutina: horas de dormir, de levantarse, de tomar alimentos, tiempo para estudiar, tiempo libre y es importante respetarlos, aunque con alguna flexibilidad”, dice.
La profesional resalta la importancia de establecer un horario de estudio apoyado en tecnologías y en las orientaciones recibidas por las instituciones y maestros “que sea muy aproximado al tiempo que invertía en la escuela”. Además, recomienda tener juegos en casa para que el niño manipule, “mas allá de tablets y computadores”.
“Juegos de mesa para compartir en familia”, dice .
TIEMPO LIBRE. Peñaloza recalca que aunque la tecnología es una muy buena herramienta no es la única.
“Utilicemos los libros, los cuentos, la Unesco abrió la Biblioteca Digital Mundial y es gratuita, hay tours de museos virtuales gratuitos, enseñémosles de arte a los niños y aprendamos con ellos. Este es un tiempo que podemos aprovechar para compartir en familia, para conocernos más. Podemos crear historias juntos, crear cuentos, aprovechemos la autonomía y la independencia. Si el niño no sabe doblar ropa, esta es una muy buena oportunidad para que ellos aprendan a organizar su cuarto, sus cosas, su clóset, hagamos recetas con los niños para que ellos cocinen con la ayuda de sus padres y puedan probar cosas diferentes. Esta es una forma de trabajar con ellos de una manera lúdica creativa y emocional. Aprovechemos la hora del baño para que jueguen y se diviertan. Podemos brindarles muchas opciones creativas”, dice.
Kelly Muñoz, licenciada en Pedagogía, magíster en trastornos cognitivos y del aprendizaje, y educadora de misskellyclub, un programa de clases lúdico-pedagógicas, sostiene que una ayuda para los padres que tienen a sus hijos en el hogar durante este tiempo es la implementación de actividades significativas en casa.
Agrega que estas actividades “no reemplazan” las labores diarias del colegio, pero ayudan a que los niños continúen con sus procesos de enseñanza y aprendizaje.
“Para niños entre uno y cuatro años es recomendable que se realicen ejercicios de motricidad fina, de motricidad gruesa, de agarres de pinzas, de trazos, de espacialidad, de coordinación motora, actividades sensoriales, manualidades y pintura. En niños entre los cinco y ocho años se pueden hacer actividades como secuencias de historias, vocabulario en inglés, ejercicios de escritura,de matemáticas, de pensamiento crítico, de lectura, además de manualidades y pintura”.
“Tenemos, en lo posible, que mantener unos hábitos con los niños, unas rutinas”.