Viviendo en “coronaquilla”
Miles y miles de noticias sobre el coronavirus nos llegan en los periódicos, revistas, radio, TV, redes sociales y durante las conversaciones familiares y con amigos. Jamás en el pasado reciente – y reciente para mí es desde hace unos 60 años – tuve conocimiento de una noticia que abarcara tanto al planeta Tierra como la del virus fatídicamente de moda. Desde que se dio conocimiento de su aparición, hace un par de meses, hasta hoy, las noticias son de diferentes calibres y tendencias. Buscando en YouTube encuentro canciones dedicadas a este en ritmo de champeta, porro, vallenato, reguetón y hasta bambuco. Desde Cuba nos llega una con un ritmo bien pegajoso. En nuestra última reunión social de todos los viernes con los muchachones, muchachones con edad promedio de 82 años, donde yo, con mis 74, bajo el averaje considerablemente, el tema tomó una alarmante importancia porque se asegura que este virus es letal para los de la tercera edad y a este no se le puede meter el “cañazo” de que uno es menor de lo real.
Las últimas noticias de China, donde se originó el mal, resultan contrastantes con las del resto del mundo, porque las de allá son positivas. China con 1.400 millones de habitantes, está superando la emergencia porque actuaron de manera inmediata y en todos los frentes posibles. Uno de estos frentes es la masiva campaña de descontaminación de todas las áreas públicas de ciudades y poblaciones, incluyendo calles, andenes y hasta el aire que respiran. Le están dando con todos los hierros a esos antipáticos bichitos, “a vel quien gana, el chino o el cochino”, y tal parece que va ganado el chino. Saben ellos que es una guerra a muerte con un enemigo invisible pero inevitablemente previsible, y así la asumieron. Nada de palabritas van y palabritas vienen, hubo que invertirle plata al asunto y ellos afortunadamente, aunque comunistas, ¡la tienen y de sobra!
Sabemos que el contraste de las capacidades económicas y de disciplina de los chinos con la nuestra sí es abismal. Aquí no somos ricos pero sí folklóricos por naturaleza y como caribes lo que hacemos es aprovechar la ocasión para crear memes divertidos, aunque no ha faltado el irresponsable y mala persona que genera y multiplica fake news, perjudicando al Distrito con fines perversos. Lógico que se hayan suspendido eventos que generen aglomeraciones y hasta las clases escolares, pero hasta ahí. Yo particularmente creo que el coronavirus se ha portado bacanísimo con Barranquilla porque esperó que se terminara nuestro carnaval para expandirse con fuerza al mundo entero. Además, dicen que no le gusta el calor y el alcohol. Mejor trato con nosotros, imposible.
Recuerdo aun cuando era Secretario de Salud Municipal Fernando Navas Uribe, por los años de 1973 y 74, que para contrarrestar una plaga de mosquitos, salían recorriendo la ciudad unos Jeeps blancos dotados con un par de nebulizadores, uno a cada lado, fumigando con un producto desconocido del que no he olvidado su olor característico, liquidando a esos insectos zumbadores. Hoy en Wuhan hacen lo mismo para acabar con el coronavirus, utilizando grandes camiones. Aquí no he sabido nada de aspersiones en juzgados, fiscalía, colegios, universidades, cines, centros comerciales, buses, etc., y menos en el espacio público. Ese tipo de prevención es el que quisiera ver en las noticias. ¿Sucederá en su momento?