El regreso de las masacres en Colombia
Se pensó en un momento que las masacres iban a ser ya parte de los libros y de la narrativa histórica del conflicto, pero la realidad es que durante el actual gobierno ya tenemos 36 masacres con 133 personas asesinadas, según los datos suministrados por la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos. ¿Qué está sucediendo para que tengamos que regresar a esta intensidad de la violencia en Colombia?
Primero, el conflicto armado se transformó y se descentralizó, y en esta nueva espiral de la violencia hay una multiplicidad de grupos armados ilegales que se están disputando portafolios de economía ilegal que ya no se limitan a la coca, sino que pasan por el oro, el tráfico ilegal de combustibles, el tráfico de migrantes, contrabando y el lavado de activos. La existencia de tantos grupos armados hace que exista una anarquía de la violencia generado por la disputa del control territorial, las rutas, centros de acopio, proveedores y mercados nacionales e internacionales, generando que las guerras internas entre las organizaciones se disparen y la violencia, que se materializa en las masacres, aumente.
Segundo, debido a la falta de control territorial por parte del Estado, hoy tenemos zonas controladas por los grupos armados ilegales en el Catatumbo, la Costa Pacífica Nariñense y Caucana, Urabá, el Bajo Cauca Antioqueño, por dar algunos ejemplos, En estas áreas se ejerce el terror hacia las comunidades que nuevamente quedaron en medio del fuego cruzado.
Tercero, la incapacidad y terquedad de este gobierno de no ejecutar a profundidad los acuerdos de paz. El peso ideológico y la cultura política colombiana no han permitido que se gobierne bajo principios de políticas de Estado sino del gobierno de turno.
Cabe revisar el informe multipartidista “En que va el acuerdo de paz a un año del Gobierno Duque” liderado por la representante Juanita Goebertus, que técnicamente demuestra el porcentaje y gravedad de los incumplimientos, hecho que no ha permitido la llegada de economías legales a las áreas más difíciles del conflicto.
En esta fase del proceso de paz, el esfuerzo político se debería centrar en la implementación de los Acuerdos, pero como al gobierno le causa tanto escozor todo lo relacionado con La Habana, simplemente cambió el nombre a los proyectos de los PDET por las “Zonas futuro”, que es la idea de llevar el Estado en su conjunto a los territorios, lo cual ya se mencionaba en los Acuerdos de La Habana.
Así las cosas, queda una moraleja: una cosa es trinar desde la comodidad de Bogotá y otra es gobernar un país y, como lo dicen todas las encuestas y los informes incluidos los de las Naciones Unidas, este gobierno nos regresó al pasado. *Director del Centro de Estudios en Seguridad y Paz.