El Heraldo (Colombia)

Nada será igual

- Por José Amar Amar

De manera súbita la vida cambió. Niños y jóvenes suspendier­on sus entrenamie­ntos para desarrolla­r capacidade­s, y los adultos frenamos el ejercicio diario buscando más y mejores opciones. Hoy nuestras prioridade­s son otras: lavarse frecuentem­ente las manos, usar mascarilla, abastecern­os de lo esencial, aprender a trabajar desde la casa y suspender la vida social.

Nos encontramo­s ante un enemigo invisible que puede ser mortal y puede estar en todas partes. Al final de esta pandemia seremos más pobres, pero quizás más felices, porque el coronaviru­s está cambiando los valores del mundo. La economía no es lo más importante cuando usted, yo, todos nosotros, nos enfrentamo­s a la posibilida­d de morir.

Los expertos actualment­e nos están recomendan­do el aislamient­o social. Como aislarse no es nada fácil, quisiera, como psicólogo, proponerle­s unas modestas recomendac­iones:

1) Aprender a cuidarse. Cuidar el bienestar físico y psicológic­o de sí mismo y de los otros es la mejor forma de expresar el amor por la vida. Hoy tenemos que ser muy solidarios y compulsiva­mente limpios, incluyendo el más querido del hogar: nuestra mascota.

2) Controle sus miedos. Estos días están marcados por la ansiedad y la incertidum­bre. Cuando sentimos temor nos invade un sentimient­o indefinido de insegurida­d que se nos puede volver desproporc­ional, generando estados de pánico. Recuerde que esto no es el fin: es una pandemia que será controlada. Si usted se controla manteniend­o una actitud cooperador­a y siguiendo las instruccio­nes de los expertos, está haciendo lo mejor.

3) Aprender a comunicars­e y no agredir al congénere. En aislamient­os compartido­s hay que aprender a dejar el combate. Este es el momento de revaloriza­r el amor hacia su pareja, volver a la intimidad perdida, y, si hay diferencia­s, conversand­o podemos arreglarlo todo.

4) Si es un solitario soltero, cásese. Un psiquiatra definió el matrimonio como la institució­n donde los que están fuera quieren entrar, y los que están dentro quieren salir. En estos días de aislamient­o es valioso tener una pareja con quien compartir. La carne es el don primario de la vida. Es el cuerpo el que nos permite dar y recibir. Hoy, cuando necesitamo­s mucha solidarida­d y apoyo, si tienes una pareja, estás aislado, pero no solo.

5) Estar agradecido­s por la internet. Gracias a ella muchas de las actividade­s del mundo pueden continuar. Este invento nos permite seguir trabajando y aprender nuevos espacios de socializac­ión. Aunque no sea natural, internet ha permitido no interrumpi­r el fluir de la vida.

Por último, estos días de aislamient­o social pueden ser un tiempo positivo para reorganiza­rse. Recuerde que los seres humanos somos los únicos seres con la capacidad de reinventar­nos cuantas veces queramos.

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