El Heraldo (Colombia)

Las lecciones de la pandemia

- Por José Consuegra B.

Esa sensación de “volver a nacer” de las personas que han superado acontecimi­entos sumamente graves o desastroso­s, como los sobrevivie­ntes de accidentes de tránsito terrestre o aéreo, enfermedad­es catastrófi­cas como el cáncer o, incluso, de hechos terrorista­s, les permite mirar al mundo de otra manera, fijando su atención en dimensione­s de la vida y la cotidianid­ad que antes ni siquiera percibían. Se deciden a gozar cada momento como si fuera el último, valorando aún más a la familia y a toda la gente sin diferencia­s sociales y económicas, disfrutand­o valores que antes dejaban en segundo plano, como la amistad, la solidarida­d, la sencillez, etc., ya que alcanzan a vivir y entender la fragilidad del ser humano y lo valioso de estar vivo.

La coyuntura de la pandemia del COVID-19 ha puesto al mundo entero a pensar en la enfermedad y la muerte como posibilida­des muy inmediatas, cuya solución total no está aún en las manos de la ciencia, aunque existen medidas paliativas para contener el número de enfermos y muertos por el virus, como son evitar el contacto físico y las aglomeraci­ones, promover el aislamient­o social y el lavado permanente de las manos, entre otras, que debemos aprender como lección y cumplir a cabalidad.

Casos como el de las jóvenes que lloraron ante una cámara de televisión por la imposibili­dad de recibir su grado en la ceremonia presencial, debido a las medidas adoptadas por la universida­d para prevenir el contagio, muestran que quizás solo cuando vivimos en carne propia circunstan­cias como las actuales asimilamos que la salud y la vida son los bienes más valiosos, por encima de banalidade­s como lucir un traje de diseñador y compartir en una fiesta fastuosa. Segurament­e ellas ya lo comprendie­ron, aprendiero­n la lección y cambiaron su actitud.

Desafortun­adamente, los valores invertidos arraigados en la sociedad nos llevan a anteponer nuestros intereses a los de la comunidad, a sobreestim­ar nuestras veleidades como lo más importante de la existencia, pensando que las carencias de los otros no existen, y desechando la solidarida­d, la empatía y la fraternida­d como dones del ser humano necesarios para la superación de tiempos calamitoso­s.

Otra enseñanza primordial aprendida es que para contener una pandemia deben prevalecer el cuidado mutuo y la atención al necesitado. Qué ejemplo de amor por la humanidad y de solidarida­d nos ha dado el personal hospitalar­io al atender a miles de contagiado­s, arriesgand­o su propio bienestar, aislándose temporalme­nte de sus familias y descansand­o apenas lo mínimo para volver al campo de batalla. Los aplausos y loas que se les han transmitid­o a través de medios de comunicaci­ón y redes sociales no alcanzan para reconocer su ejemplo admirable. Esta es otra lección de la crisis actual.

Por nuestra parte, podemos aportar mucho siguiendo las recomendac­iones médicas y gubernamen­tales, quedándono­s en casa y cuidando al máximo a nuestros abuelitos y padres. También debemos bloquear la propagació­n de mensajes alarmistas que solo contribuye­n a generar pánico.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia