El aislamiento de los Rom en Sampués
El andar de los miembros de la comunidad Rom Kumpany, o mejor los gitanos residenciados en Sampués, se detuvo desde que el Gobierno decretó la cuarentena nacional. Se les paralizó el comercio diario de todo tipo de artesanías y en estos momentos las horas las viven entre juegos y bailes propios de su cultura. En Sampués habitan en los barrios Balcones del Río y Doce de Octubre, donde ya son bastante reconocidos por su amabilidad y servicio hacia la comunidad. Gerardo Mendoza, representante de esta comunidad de distintos orígenes pero asentados en Sampués desde hace más de 20 años, indicó que la afectación más grande que han tenido es la económica porque les ha tocado gastarse en alimentos lo que tenían destinado para la compra de la materia prima de los elementos que fabrican. Uno de los principales es el cuero, lo que hace que sus productos sean tradicionales.
“Nosotros tenemos el día a día como sustento, si no trabajamos, no vendemos, no comemos. Nos la pasamos en blanco. Nuestros miembros salen a vender zapato, correa, cartera, sillas, sombres y demás objetos, pero ahora no pueden. No estamos saliendo. Todos los gitanos están en casa”, dijo.
De esta comunidad hacen parte 140 personas distribuidas en 41 familias que conviven en Sampués. Esperan, como la mayoría de habitantes, una ayuda que les solvente lo que están padeciendo porque el tiempo se está pasando y ellos ven que todo va en su contra. Las mujeres Rom pasan las horas haciendo muestras de baile en la propia casa. Ponen a sonar un flamenco y contornean las faldas coloridas. Porque aunque no caminen como antes, sí le ponen movimiento al confinamiento.