Fiscalía dice que exgeneral venezolano no tenía orden de extradición
Luego de que capturaran a Jorge Molinares con un arsenal de guerra se destapó un supuesto complot para atacar a Nicolás Maduro, liderado por el exmilitar Cliver Alcalá.
Fue el lunes 23 de marzo cuando la Policía decomisó el arsenal de armas más grande que ha encontrado recientemente en la región Caribe. Lo transportaban por la carretera que conduce de Barranquilla (Atlántico) a Santa Marta (Magdalena), en una camioneta Duster de color blanco con estampas de servicio público. Eran 26 fusiles de asalto de fabricación norteamericana y otros elementos de guerra que, días después, se convertirían en la prueba de un supuesto complot contra el presidente venezolano Nicolás Maduro.
Ese día, Jorge Alberto Molinares Duque, de 60 años, salió de Barranquilla en el vehículo rumbo a Riohacha, en La Guajira, para entregarle el cargamento a un hombre del que más tarde se conocería su alias: Pantera.
Pero la misión de Molinares falló y en lugar de entregar su alijo, destapó un entramado de suposiciones del que ni siquiera el Estado colombiano quiere hablar.
Mientras Molinares se enfrentaba a la justicia colombiana por el delito de tráfico y porte ilegal de armas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le ponía un precio a la libertad de Nicolás Maduro, a la de varios miembros de su gabinete y de otros exfuncionarios, entre ellos los generales retirados Cliver Alcalá y Hugo ‘el Pollo’ Carvajal, por quienes se ofrecieron hasta 10 millones de dólares de recompensa tras ser señalados de narcoterroristas.
¿SON GOLPISTAS?.
El mismo día que un juez determinó que Molinares debía ser detenido preventivamente en centro carcelario, Alcalá rompió el silencio. En medios de comunicación y en redes sociales dijo que los fusiles incautados eran del pueblo venezolano “en el marco de un pacto o de un convenio firmado por el presidente Guaidó, el señor Juan José ‘J.J.’ Rendón, el señor Vergara y asesores norteamericanos que desde hace muchos meses venimos trabajando la conformación de una unidad libertad para Venezuela.”
Según el exgeneral, las armas serían llevadas a Riohacha y allí debían ser entregadas a ‘Pantera’. Las autoridades colombianas ya tenían conocimiento de eso gracias a las entrevistas que le habían hecho a Molinares, y por eso, en un operativo especial de seguridad nacional, investigadores allanaron una casa del barrio San Francisco, de ese municipio guajiro. Hallaron camarotes para ocho personas y material de intendencia de las Fuerzas Armadas venezolanas. También mapas del vecino país y propaganda alusiva a la milicia.
Al parecer, a Alcalá la Dirección Nacional de Inteligencia, de Colombia, le estaba siguiendo los pasos hace un tiempo, exactamente desde que capturaron en conjunto con Migración Colombia a unos supuestos miembros de las Fuerzas de Acciones Especiales de Venezuela que habían llegado al país a atentar contra él para, supuestamente, evitar que ejecutara un atentado contra Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela, el cual, supuestamente, se iba perpetrar el pasado 23 de febrero.
Luego de que Alcalá se autoproclamara dueño del arsenal incautado y se conocieran los supuestos planes contra el gobierno de Maduro, el diputado Cabello se manifestó en su programa ‘Con el mazo dando’, diciendo que el exmilitar “siempre ha sido un cobarde”.
“Nosotros (el gobierno venezolano) teníamos hasta la fecha, la hora, todo, en que iban a realizar los ataques… Les íbamos a dar una sorpresa, lo mejor que les pudo pasar fue que les realizaran la incautación de las armas allá en Colombia, porque les íbamos a dar una lección que no se les iba a olvidar nunca”, dijo cabello en televisión nacional.
De manera que, tan pronto Alcalá habló sobre las armas, agentes de la DNI viajaron a Barranquilla y lo recogieron en una casa del norte de la ciudad. Posteriormente lo llevaron a Bogotá, donde abordó un avión de la DEA rumbo a Nueva York.
A raíz de eso, la Fiscalía colombiana emitió un comunicado en el que precisó que el no existía orden de captura ni de extradición contra el exmilitar venezolano y que por ello abrió una investigación para verificar bajo qué figura el Gobierno colombiano facilitó recursos humanos, económicos y quizá diplomáticos para que este hombre quedara en manos de la justicia estadounidense. EL HERALDO contactó a la ministra de Justicia, Margarita Cabello, para que explicara cómo se desarrolló el proceso de “entrega” de Alcalá, pero la funcionaria aseguró que se encontraba en una reunión virtual y que respondería más tarde. Sin embargo, al cierre de esta edición, este medio no había recibido respuesta.
‘PANTERA’.
De acuerdo a fuentes de inteligencia, el hombre individualizado por las autoridades como Pantera, gracias al testimonio de Molinares, sería Robert Levid Colina Ibarra, un desertor de la Guardia Nacional Bolivariana, de 36 años, que en su momento fue jefe de seguridad del ex ministro de Comunicaciones de Hugo Chávez Andrés Izarra.
Colina Ibarra tendría la tarea, no solo de recibir las armas, sino también de transportarlas desde Riohacha hasta Paraguachón, pasando por Maicao, con la finalidad de que el arsenal ingresara a territorio venezolano.
OTRO QUE SE QUIERE ENTREGAR. Tan pronto Cliver Alcalá materializó su deseo de ponerse a disposición de las autoridades estadounidenses, otro de los exmilitares bolivarianos que se encuentran en el cartel de los más buscados por Estados Unidos en Venezuela, comenzó diálogos desde España para entregarse.
Se trata de Hugo ‘El Pollo’ Carvajal, quien fue director de inteligencia militar durante el gobierno de Hugo Chávez, diputado de la Asamblea Nacional y quien reconoce a Juan Guaidó como presidente interino de su país.