La moda, entre la solidaridad y la crisis
La propagación de la COVID-19 podría significarle miles de millones de dólares en pérdidas a la industria. Sin embargo, varias empresas han sumado esfuerzos para combatir la pandemia.
Mientras en China se empieza a vislumbrar un panorama alentador con la apertura de más del 80% de sus centros comerciales y supermercados en ciudades principales como Shanghái y Beijing, en Europa, Estados Unidos y Latinoamérica se siguen extremando las medidas para controlar la propagación mediante el cierre parcial de todos los comercios que no sean de primera necesidad, lo que pronostica una caída en las ventas a pie de calle y un cese parcial en las actividades industriales.
Los gigantes de la moda ya han empezado a bajar las persianas de sus almacenes ante el rápido avance de la COVID-19. El gigante sueco H&M fue una de las primeras compañías en anunciar el cierre temporal de más de 590 tiendas en Estados Unidos hasta el próximo 2 de abril, mientras que su mayor competidor, el grupo español Inditex (Zara, Bershka, Stradivarius, entre otros) hizo lo mismo con más de 4.000 de sus tiendas ubicadas en 39 mercados.
Otra de las compañías en adoptar esta determinación fue Capri Holdings Limited, propietaria de Versace, Jimmy Choo y Michael Kors, quienes recientemente decidieron cerrar sus tiendas en Norteamérica y Europa hasta el 10 de abril.
“Nos enfrentamos a una pandemia mundial sin precedentes. Nuestra prioridad es ayudar a proteger a nuestros empleados, consumidores, socios y comunidades, y asegurarnos de que estamos haciendo nuestra parte para evitar la propagación de la COVID-19”, declaró John Idol, presidente y director ejecutivo de la compañía mediante un comunicado oficial.
Entretanto, múltiples eventos se siguen cancelando por cuenta de la creciente pandemia. Se prevé que la misma incertidumbre que azotó las más recientes semanas de la moda el pasado febrero también afecte una nueva temporada en la cual se presentarían las colecciones de crucero, que están próximas a ser entregadas y que representan una gran parte de las ganancias para las casas de moda. Algunas firmas como Prada, Gucci, Giorgio Armani, Dior, Ralph Lauren, Chanel y Versace ya han decidido cancelar o posponer sus desfiles. Otros eventos de gran magnitud como los premios del CFDA, la icónica gala del MET, la Semana de la Alta Costura y la Semana de la Moda Masculina también se han visto obligados a reprogramar.
DONACIONES. Pese al caos, distintos sectores de la industria se han manifestado mediante donaciones e iniciativas que buscan aplacar la emergencia sanitaria.
El caso más notorio es, quizás, el de la influenciadora y empresaria italiana Chiara Ferragni, quien inició desde el pasado 9 de marzo una campaña de recolección de fondos destinados a reforzar la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital San Raffaele, en Milán.
La propietaria del sitio The Blonde Salad demostró su poder de influencia recaudando más de 3 millones de euros en tan solo 24 horas.
Las grandes compañías también han ofrecido su ayuda para solventar la crisis.
El conglomerado de lujo Kering (Gucci, Balenciaga, Alexander McQueen, entre otros) proveerá tres millones de máscaras quirúrgicas al servicio de salud de Francia y donó 1 millón de euros a la Cruz Roja china, al igual que Donatella Versace y los titanes de los cosméticos L’Oreal y Estée Lauder.
Por su parte, el titán del lujo LVMH (Louis Vuitton, Dior, Givenchy, entre otros) aportó 2.2 millones de euros para la misma causa y anunció que debido a la escasez, tres de sus fábricas se dedicarán a la manufactura de geles desinfectantes que serán donados a centros hospitalarios. También han decidido suministrar a las autoridades sanitarias francesas 40 millones de tapabocas.
INICIATIVAS EN COLOMBIA. Las ayudas también han empezado a vislumbrarse en el panorama nacional. La compañía STFGroup, (StudioF, Ela, Top One, entre otras) ha iniciado la elaboración de material sanitario de primera necesidad que será entregado a la Gobernación del Valle del Cauca.
Además, aseguran encontrarse en un proceso de investigación de bases textiles que les permita manufacturar otros elementos de ayuda médica que puedan cumplir con altos estándares de salubridad con resistencia al virus.
Por su parte, Arturo Calle ha decidido tomar medidas que permitan aliviar el impacto de la pandemia en la economía de sus más de 6.000 trabajadores, por eso anunció que a pesar del cese de operaciones, sus empleados seguirán recibiendo su pago habitual.
“No nos preocupa la parte salarial; el dinero es un papel”, dijo el empresario en una entrevista con Caracol Radio.
Las marcas emergentes también han decidido sumar esfuerzos. La empresa barranquillera HMP ha dispuesto la elaboración de 3.000 tapabocas, que mediante la cooperación de la Alcaldía de Barranquilla y la primera dama del distrito, Silvana Puello, serán repartidos en distintas partes de la ciudad y en diferentes centros de salud. A la moción también se une la marca de zapatos EFECÉ, que donará cientos de pares de sandalias para evitar el foco de infección en habitantes de la calle.
Finalmente, mientras la industria de la moda y los textiles continúa gestando cuantiosos esfuerzos para prevenir y combatir un caos que podría representarle un impacto negativo de 1.500 millones de dólares, según la ONU, se prevé que la crisis obligue a la misma a replantear sus procesos tradicionales, que van desde la forma en la cual se exhiben y venden las colecciones, hasta la comunicación con los consumidores mediante el uso de herramientas digitales y aplicaciones como WhatsApp, Tik Tok y WeChat.