Investigan homicidio de docente en Santo Tomás
Flora Acendra fue hallada muerta en el baño de su casa El cuerpo tenía heridas de arma blanca y la habitación estaba desordenada.
Madrugar para ir a casa de su hermana se había convertido en una rutina para Flora Acendra Salcedo. Solía llegar antes de 6:00 de la mañana para empezar desde muy temprano a ayudarla con las labores de la casa, pues Candelaria Acendra Salcedo, de 67 años, vivía sola.
Este martes, Flora llegó faltando cinco minutos para las 6. Estaba dentro del no establecido tiempo “límite”, como siempre; sin embargo, lo que ocurriría de ahí en adelante no sería, ni muy remotamente, lo usual. Según quedó plasmado posteriormente en un reporte policial, cuando Flora entró a casa de su hermana notó, casi de inmediato, que algo no estaba igual. Si bien las mañanas suelen retratarse con camas desarregladas, ropa sucia y zapatos tirados; esta vez, una de las habitaciones de la vivienda — que está ubicada en la calle 11D No. 11C-25, barrio Altamira, en el municipio de Santo Tomás— estaba “desordenada más de lo normal”, pero su hermana no estaba.
Entonces, cuando entró a la habitación, miró hacia el baño y la vio. Estaba tendida sobre un lago de sangre y no respondía a sus llamados. Candelaria estaba muerta.
De inmediato, Flora llamó a uno de sus dos sobrinos para darle la noticia de la muerte de su mamá y pedirle que llamara a la Policía; pero antes de que llegaran los patrulleros del cuadrante la noticia ya empezaba a correr entre las voces de los vecinos hasta llegar, incluso, a los medios de comunicación. “La profe estaba muerta”, decían, “a la profe la mataron”, precisaban.
De acuerdo con lo indicual
cado por la Policía del Atlántico, los patrulleros llegaron y hallaron el mismo panorama que vio Flor, sin poder hacer mucho. Mientras tanto, en el municipio ya había quienes aseguraban que la docente había sido apuñalada en medio de un supuesto atraco.
Los patrulleros sabían que si se acercaban mucho podían contaminar la escena del crimen y, a simple vista, les era imposible identificar pistas sobre las condiciones en las que la mujer había perdido la vida. Además, no era su trabajo, por eso avisaron a la Sijín de la Policía para que llegara al lugar a inspeccionar el cadáver, iniciara investigaciones y recopilara algunas pruebas para que se pudiera dar un informe preliminar sobre la muerte de la profesora Candelaria.
Hasta entonces, lo único cierto era que Candelaria no iba a continuar con la carrera de maestra de Educación Física que se había forjado durante los últimos 40 años en la Institución Educativa Comercial de Palmar de Varela. Aproximadamente una hora más tarde, habiéndose llenado la casa de su hermana de policías investigadores, Flor presenció cómo se abría una primera línea de investigación ante el homicidio de Candelaria. Tal y como lo precisó el coronel Hugo Molano, comandante de la Policía del Atlántico, se estableció en un primer reporte que lo ocurrido en el día 49 de cuarentena en Santo Tomás pudo haberse tratado de un crimen por motivos personales.
“La casa tiene buenas medidas de seguridad —dijo el coronel Molano—, incluso hay un perro bravo. Encontramos que a la persona que habría cometido el hecho se le habría permitido el ingreso a la residencia, estamos bajo una primera línea investigativa de tipo pasional”, explicó. También informó que con ello se descartó el hurto como móvil del homicidio y anunció una recompensa de hasta 5 millones de pesos, que se pagara en conjunto con la Gobernación, por información que conduzca al asesino, o los asesinos, de la profesora, haciendo énfasis en que, al parecer, la víctima mantenía algún tipo de relación con una persona del sector y el cuerpo presenta “heridas por arma blanca en diferentes partes del cuerpo”.