Supervisión externa

La izquierda radical se ha venido de a poco infiltrando en todos los sectores. Hasta entre los millonarios, que no se entiende por qué alimentan al caimán que se los terminará devorando. Entre otros, Zuckerberg, magnate de Facebook, es acusado de izquierdista furioso, y que su iniciativa de montar un Consejo de Supervisión Externa es una estrategia paliativa de tal acusación. Sean cuales fueren sus motivos, la idea es perfecta: Crear un órgano totalmente autónomo e independiente que, sin afectar la libertad de expresión, realice una supervisión externa que impida la publicación de mensajes de odio o de informaciones nocivas. Por aquí no ha sido de buen recibo, seguro por temor de que a alguien se le ocurra hacer algo similar con nuestros medios, que bastante lo necesitan.

Porque de mensajes de odio y de información nociva están llenos muchos de nuestros medios de comunicación. Así que, de montarse aquí, mas lo de Facebook e Instagram, mejoraría sustancialmente la información que nos llega. No puede ser que haya medios que, nostálgicos de la pauta estatal, recurrentes se dediquen a calumniar, tergiversar, y acomodar a su antojo información contra las instituciones. Es válida la crítica y la oposición, pero veraz y seria. Hasta válido que omitan datos que no les convengan, pero sin negar la realidad. Se pasan de piña. Por ejemplo, el video que circuló mostrando un personaje que de una bolsa de papel saca fajos de billetes que sin recato cuenta, sI hubiera sido Uribe, o la Cabal, ¿Imaginan? A diario estarían aún restregando con odio las imágenes. Pero no escandalizaron mucho, porque se trataba de Petro. Claro, cada medio está en libertad de destacar o ignorar lo que coincida o no con sus tendencias. Pero, ¿Todos? ¿Todos minimizando tan deplorable hecho? Eso ya es nocivo. Y es lo nocivo lo que se busca erradicar. Y los odios. Hay mil ejemplos.

Empero, como muchos de nuestros medios están también invadidos de radicales izquierdosos, ante cualquier intento de morigerar los odios salen todos a chillar, que la libertad de prensa, que los derechos humanos, lo que sea para mantener los excesos. El caso es que hoy, ante la actual crítica situación que exige la unión de todos, se evidencia la necesidad de decantar tanto sesgo divisorio, y establecer imparcialidad mediática ante todos los intereses económicos, políticos y partidistas que a algunos medios invade, y la fórmula podría ser montar una intachable supervisión externa.

Coletilla: A propósito de comunicaciones, qué buen nombramiento el del presidente Duque al poner a Karen Abudinen al frente de la cartera de las TIC. Karen reúne todas las condiciones para que el país se ilusione con su gestión en tan neurálgico sector. Pese a su juventud posee formación, academia, experiencia, y en todos los cargos que ha desempeñado brilló por su eficiencia y eficacia. Además, seguro que, como suele ocurrirnos, Karen nunca pasará por alto que representa a una región y una ciudad, así que el buen futuro de la conectividad costeña está asegurado.