El Heraldo (Colombia)

GGM, la Q, chuzar

- Por Enrique Dávila Martínez edavila437@gmail.com

P.: ¿Qué tuvo que ver Barranquil­la en la formación de García Márquez? G. Girón, Bogotá

R.: Hace tres años, así respondí a una pregunta similar: “En Barranquil­la, García Márquez se convirtió en un escritor serio. Aquí aprendió y comenzó a hacer literatura, tal como él mismo lo manifestó en una entrevista concedida a la periodista mexicana Susana Cato, publicada en abril de 1989 en la revista Proceso: ‘El nombre de Bogotá no me suena bien y por eso [en El general en su laberinto] la llamo Santa Fe. Pero tampoco me gusta el nombre de Barranquil­la, que, sin embargo, es una de las ciudades que más quiero y admiro. Fue allí donde me hice escritor, entre los amigos que me dieron la orientació­n final de mis lecturas y me iluminaron con sus críticas encarnizad­as, y en ese sentido viví allí los años decisivos de mi vida. En el libro la llamo por su primer nombre, que por desgracia perdió: Barranca de San Nicolás’ ”.

P.: ¿Si escriben Qatar y dicen Catar, por qué no decimos cuince, cuirófano? ¿Por qué se escribe ‘quórum’? Cuco Utria, B/quilla

R.: Como la letra ‘q’ solo se escribe en las sílabas ‘que’ y ‘qui’, en las que con una ‘u’ muda forma el dígrafo ‘qu’ (queso, quinqué), la Academia fijó como Catar la escritura correcta del nombre del país. Un dígrafo son dos letras unidas que reproducen un sonido. En español hay cinco: ‘ch, gu, rr, ll, qu’. Este último es tan propio que voces de otros idiomas se españoliza­n con él (biquini, quimono, quiosco). En el español antiguo, se escribía ‘quatro’ y ‘quando’, pero si al dígrafo ‘qu’ le seguía una ‘e’ o una ‘i’, se ponía sobre la ‘u’ una diéresis para indicar que la vocal siguiente debía pronunciar­se (qüieto, qüestion). La Academia españolizó la voz latina quorum como quórum, pero hizo el ajuste y desde desde 2010 es cuórum.

Nota: La semana pasada hablamos de chuzar. Me escribe Guillermo Heins: “[Creo] que la acción de escuchar ilegalment­e una conversaci­ón telefónica viene de la época en que existían operadoras con un cable con clavijas o chuzos para hacer manualment­e la conexión en una central de dos líneas telefónica­s ‘chuzando’ en el tablero. No tengo ninguna fuente”. Y Ernesto Stuewe: “Sospecho que chuzar un teléfono o comunicaci­ón proviene de una conexión derivada de un circuito eléctrico obtenida con el uso de pinzas con dientes (también llamadas caimanes) que perforan el aislamient­o y se conectan al alambre o cable interno conductor sin necesidad de retirar el aislamient­o”. Y Dagoberto Campo: “Las chuzadas nacieron para saber si un par telefónico servía para una línea nueva o para reparar una dañada. El diagnóstic­o se hacía con unos microteléf­onos, cuyas pinzas o caimanes mordían puntos metálicos en las conexiones de los pares: si había tono o se oía una conversaci­ón, no estaba libre y no servía. Esos aparatos también traían unas agujitas, con las que, cuando se dificultab­a el uso de los caimanes, se chuzaba la cubierta del par hasta tocar los hilos metálicos que llevaban la señal”.

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