“Me tocaba arrastrarme a causa del dolor”, asegura la barranquillera Gleimis Sanjuan
La barranquillera Gleimis Sanjuan es una de las más de 3.587 personas que le han ganado la batalla a la COVID-19 en Colombia.
Luego de pasar por los síntomas más fuertes de la enfermedad, hoy da testimonio de superación ante la pandemia.
Esta joven de 21 años, quien reside sola en Medellín, contó que a finales de marzo comenzó a sentir intenso dolor en el cuerpo que le impedía caminar, además de náuseas, dolor de cabeza y constante fiebre. Por eso se decidió a realizarse la prueba a pesar de que, como ella misma lo contó en diálogo con EL HERALDO, no creía mucho en la enfermedad.
“Yo no era muy creyente de esto del coronavirus, pero si creyente en Dios. Cuando llené los datos y me hice la prueba, lo primero que hice fue encomendarme a Dios y confiar en que me iba a sanar y poner de mi parte para salir adelante”.
Cinco días después de la prueba recibió una llamada del Ministerio de Salud en la que le explicaban las precauciones que debía tener; sin embargo, en ese momento no le habían confirmado los resultados. Minutos después de la llamada, Gleimis recibió el correo en el que le manifestaron que era positivo de COVID-19. “Me puse el chip de positivismo y dije: no me interesa ninguna enfermedad y preparé mi mente para lo que venía, siempre con la mejor actitud. La actitud lo hace todo, si yo hubiera tenido mala actitud me hubiese muerto”, expresó Sanjuan.
Así mismo, contó que le tocó vivir momentos muy difíciles en soledad con el apoyo de su familia a la distancia. Perdió el olfato, el gusto, le tocaba arrastrarse prácticamente por el dolor y debía ser bañada por las personas encargadas del Ministerio de Salud quienes la asistían diariamente.
Durante todo el tiempo de la enfermedad mantuvo la temperatura corporal en 38 grados, y en dos ocasiones le aumentó a 41 y 43 grados generándole convulsiones, por lo que tuvo que ser trasladada a una clínica y ser conectada a ayuda respiratoria, puesto que la sensación en los pulmones era “horrible”.
“La sensación de los pulmones era horrible, es como si fueran una piedra de lo duro que se sentían y cuando respiraba sentía que se estaban estirando al punto de romperse”, dijo la joven.
De las dos ocasiones en las que estuvo internada, en cada una de ellas duró tres días en la clínica, ya que, como lo manifestó, ella no quería seguir internada y prefería estar en su casa sola sin tener contacto con otras personas que no fueran los funcionarios de Minsalud. Contó que el único medicamento que le mandaron fue acetaminofén con sulfato de codeína para la fiebre, pero que lo que más le sirvió para curarse fue la alimentación como mecanismo de defensa además de la buena actitud que tuvo.
“Me empecé a adelgazar, en total bajé diez kilos porque dejé enlatados, embutidos, comida chatarra, es por eso hay que tener buena salud mental y física porque no te dan ganas de comer, pero si una ansiedad mental que hay que controlar”, explicó Gleimis. Días después de sentir mejora y de tener más movimiento en el cuerpo, a la joven le realizaron la segunda prueba y las muestras de radiografía en los pulmones, en estas no se le encontró rastro de coronavirus, y solo tenía pequeñas secuelas que debía seguir tratándose con las recomendaciones emitidas por el Ministerio de Salud.
Después de más de 20 días de pasar luchando contra el virus, hace tres días a Gleimis le fue realizado un último diagnóstico, que arrojó que está completamente sana. “Gracias a dios estoy más que sana y me siento más viva que nunca. Fue bastante duro, pero me puse el chip del positivismo y la actitud al 100% y creo que gracias a eso y a Dios logré salir de eso”.