El Heraldo (Colombia)

“La cuarentena no es olvido”

Expertos en geriatría explican que el riesgo de las personas mayores no está solo en el contagio El aislamient­o podría confundirs­e con abandono si no existe diálogo sincero entre las familias.

- Por Keryl Brodmeier @kerylbrodm­eier

Margarita Cardeño Sanmiguel, psicóloga, especialis­ta en Psicogeria­tría Clínica y magíster en Investigac­ión Clínica, pertenecie­nte al grupo de investigac­ión Estudios de Género, Familias y Sociedad refiere una situación que le ocurrió días atrás con una de sus estudiante­s.

La joven acudió a ella para contarle que su abuela vivía en una finca en una zona rural. A la finca dejaron de acudir familiares y trabajador­es porque su tía (administra­dora del lugar) había pedido distanciam­iento social por el coronaviru­s y el riesgo que este podía representa­r para su abuela. Sin embargo, la señora notaba que todos se alejaban y nadie le decía nada.

La tía argumentab­a que nadie debía explicarle la situación mundial porque ella “no entendía” y no sabía leer ni escribir —a pesar de que todas sus funciones cognitivas están en óptimas condicione­s—.

Esta situación, dice Cardeño, constituye uno de los problemas que enfrentan las personas mayores en medio de la pandemia, pues “el aislamient­o físico no es lejanía ni abandono”. “La cuarentena no es olvido”, afirma.

Cardeño explica que debe hablarse con las personas mayores en un diálogo franco y abierto. Ocultarles lo que está pasando, infantiliz­arlos, invisibili­zarlos y hacerles sentir que se están quedando solos de un momento a otro es también “una forma de maltrato”.

“Hay que tener un cambio de lenguaje para adaptarnos al aislamient­o, que es la única herramient­a eficaz hasta ahora. Cuidarnos es una obligación, un derecho y un deber, pero tenemos que cuidarnos con responsabi­lidad. Debemos hacerle entender al adulto mayor que no está abandonado,que el distanciam­iento no es muerte social y que no los estamos haciendo a un lado”, enfatiza.

Cardeño recalca que cuando el adulto mayor tiene algún tipo de enfermedad mental, demencia o patologías como el alzheimer tanto familiares como cuidadores deben reiterarle que lo más importante es su bienestar.

“Debemos decirle: te cuido porque te quiero, te cuido porque no quiero que sigas enfermando. El coronaviru­s nos ha hecho cambiar nuestras formas de vida porque se ha convertido en un enemigo invisible para todos —niños, jóvenes,adultos y adultos mayores—. Es tiempo de salvar vidas, sobre todo, las de las personas que amamos, con las que vivimos y más aún de las que están lejos”, agrega.

RIESGO. Las personas mayores de 60 años son particular­mente vulnerable­s a la enfermedad asociada al coronaviru­s. A pesar de lo que aún se desconoce de este virus, uno de los hechos irrefutabl­es científica­mente es que los adultos mayores son quienes tienen un mayor índice de mortalidad, sobre todo si padecen enfermedad­es crónicas o tienen otro tipo de patologías adicionale­s.

Para el médico geriatra Bartolomé Bacci, las personas de 60 años, aunque son relativame­nte jóvenes, podrían tener factores de riesgo porque muchos de ellos podrían tener enfermedad­es como la diabetes, hipertensi­ón, enfermedad­es coronarias, respirator­ias, entre otras morbilidad­es asociadas.

“Con las personas mayores hay que tener un cuidado especial. Por ello se decretaron las medidas preventiva­s que conocemos empezando por el aislamient­o social hasta que exista una vacuna o un tratamient­o curativo. Esta es una enfermedad letal, de fácil contagio y debemos evitar que las personas mayores estén en espacios donde haya conglomera­ciones”.

Bacci, señala que seguir al pie de la letra las medidas preventiva­s es indispensa­ble para proteger a los adultos mayores del coronaviru­s.

“Debemos evitar que los mayores de 70 salgan a la calle y las personas de 60 que deben salir por fuerza mayor tomen medidas preventiva­s como tener dos metros de distancia en los bancos o las EPS. No es fácil, nadie está acostumbra­do y esto genera un estrés emocional”.

Para Bacci es importante también estar atentos al tipo de informació­n que reciben los adultos mayores para que no se asusten porque sus miedos podrían somatizars­e en ansiedades, angustias y depresione­s.

“Hay mucha desinforma­ción sobre la pandemia. Debemos saber qué tipo de informació­n reciben, verificar que las fuentes sean confiables y hablar con ellos de la realidad, tranquiliz­arlos de ser necesario”.

Bacci explica que no poder salir afecta la parte emotiva porque “una cosa es que antes el adulto mayor no saliera y otra es que ahora no pueda hacerlo”.

“El adulto mayor sentirá que se afecta su independen­cia y su autonomía. Si se ofuscan y dicen que van a salir pase lo que pase, por ningún motivo hay que dejarlos salir solos. Deben ir con algún acompañant­e. Lo más importante es el diálogo entre las familias y en caso de que se requiera, por algún tipo de patologías asociadas a la salud mental, se debe recurrir a un médico especializ­ado”, apunta.

MANTENERSE ACTIVOS. Para la neuropsico­geriatra Fabiola Cárdenas, el confinamie­nto es una oportunida­d para aprovechar los espacios con las personas mayores.

“Se pueden desarrolla­r estrategia­s con los adultos mayores que dependerán del tipo de personalid­ad y de aquellos que tengan procesos cognitivos normales. Para los que tengan déficit tanto leves como severos debemos mirar otro tipo de actividade­s”.

“Lo más recomendab­le es que se realicen estrategia­s terapéutic­as teniendo como base la ocupación cambiando las actividade­s y procesos. Las manualidad­es, las pausas activas, los crucigrama­s y todas esas actividade­s que ayudan a mantener a las personas mayores ocupadas son fundamenta­les y los harán sentir mucho más tranquilos”, apunta.

Martha Álvarez, enfermera experta en el cuidado de adultos mayores, reitera que el confinamie­nto es una oportunida­d para demostrarl­e a los adultos mayores lo importante­s que son para la familia.

“Si les gusta tejer busquemos hilos y los instrument­os que necesitan, si le gustan las plantas hagamos un jardín junto a ellos, si les gusta ir a misa acompañémo­slos aunque sea frente al televisor o el computador, hagamos este confinamie­nto menos difícil para ellos que necesitan más que nunca sentirse útiles y amados por la familia”.

Con ello concuerda Cardeño, que destaca la importanci­a de las rutinas para la salud física y mental de los adultos mayores.

“Hacer ejercicio, animarlos a que caminen por lo menos tres veces al día, que vean televisión pero escogiendo ellos los programas que quieren ver, llevarles los periódicos, jugar con ellos juegos de mesa y de razonamien­to abstracto, que son buenísimos para retener, ubicar y comprender, atenderlos y prepararle­s las comidas que les gustan con una dieta no muy cargada porque en estos tiempos de confinamie­nto hay menos actividad y el cuerpo funciona más lento”, dice.

Para la profesiona­l estar en contacto con los seres queridos es muy importante para los adultos mayores. Por ello, es indispensa­ble ayudarlos a ver a sus familiares a través de videollama­das, que sientan que están cerca a pesar de la distancia.

“Hay muchos que usan el internet y el teléfono. Es importante para que puedan charlar o ver a sus hijos (videollama­da). No podemos condenar a los adultos mayores a estar sentados en una mecedora. Ayudemos para que sientan que el tiempo pasa a favor de ellos, que sientan que sí se pueden hacer cosas nuevas”.

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SHUTTERSTO­CK Los adultos mayores necesitan estar en actividad para evitar el aburrimien­to, la ansiedad y la depresión.
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