Un dulce trabajo de más de cuatro décadas
Rafael Decola tiene 82 años de los cuales 41 los ha dedicado a las abejas. No es pariente cercano de Bumblebee, pero afirma que desde que la miel de abejas le curó la gastritis empezó a sentir curiosidad por adentrarse en sus colmenas.
Su historia con estos insectos empezó en 1978, luego de ver cómo sacaban la miel de un panal.
En ese entonces compró 40 núcleos, es decir un grupo de abejas reinas con sus obreras y zánganos. En ese entonces tenían un precio de $600 cada uno, en la actualidad, según Decola, pueden llegar a costar hasta $160 mil.
En su experiencia como apicultor ha aprendido mucho sobre el comportamiento de estos insectos, algunas enseñanzas las adquirió viviendo dolorosas experiencias.
Un día lluvioso salió con su hijo a ver las colmenas ubicadas en fincas cercanas a Baranoa, lo hizo con la protección debida, pero sin saber en ese tiempo que cuando el cielo está nublado las abejas se ponen de mal genio. Manipuló los paneles y las abejas salieron alborotadas. Recuerda que recibió cerca de 80 aguijonazos, por fortuna no le sucedió nada pues dice que su organismo fue resistente, aunque no todos corren con la misma suerte.
Dice que hay muchas especies de abejas que están cruzadas con las africanas y que es por eso que se debe tener un cuidado especial con la manipulación de las mismas. Advierte que no se debe ver a las abejas como enemigas y que por el contrario son aliadas de la humanidad. “Las abejas nos ofrecen varios productos, cerca de ocho, que nos sirven para la salud y hasta para la belleza”.
La miel es uno de ellos, de acuerdo con Decola, este producto sirve para endulzar alimentos, hacer mascarillas y hasta para prevenir y aliviar síntomas de gripe y resfriado. El apicultor también se refiere a los beneficios del polen, según él, cuenta con varios nutrientes naturales adquiridos del medio ambiente que lo hacen un gran aliado para combatir algunos malestares siempre y cuando no se sea alérgico.
Decola extiende la invitación para que en caso de que usted se encuentra con un panal de abejas o de repente una colmena se pose en su casa no se deje invadir por el miedo y llame a un apicultor para que este las reubique. “Hay que entender lo importante que son estos insectos para nuestra existencia, no los maten”.