El Heraldo (Colombia)

La doble moral del gobierno frente a las víctimas

- Por Néstor Rosanía

La verdadera reconcilia­ción del país pasa primero por entender lo que ha sucedido en este conflicto y por conocer la verdad desde todos los actores y, a partir de ahí, poder construir una memoria histórica que nos permita tener claro qué camino no debemos volver a recorrer, y de qué forma podemos respetar y resarcir económica y simbólicam­ente a nuestras víctimas; es ese el deber ser, pero en Colombia lo que está sucediendo es completame­nte lo contrario. A partir del nombramien­to de Jorge Tovar como director de víctimas en el Ministerio del Interior, hemos visto un gobierno que se rasga las vestiduras hablando de un acto simbólico de reconcilia­ción y a favor de las víctimas; pero si realmente este gobierno creyera en eso no sabotearía la construcci­ón de memoria, la justicia y la participac­ión política de las víctimas, aquí tres ejemplos: Primero, este gobierno se ha ido lanza en ristre contra la Jurisdicci­ón Especial para la Paz , entidad que busca por medio de una justicia restaurati­va conocer la verdad frente a los hechos del conflicto con el fin de resarcir las víctimas; ahora bien, es cierto que pasa el tiempo y no vemos las primeras sentencias, situación que va generando un sin sabor en la opinión pública, pero las gotas de verdad que se han filtrado de las audiencias ya han hecho estremecer al país, como por ejemplo las confesione­s frente al modus operandi de los falsos positivos; es claro que los que más atacan a la JEP son quienes no quieren que esas verdades salgan a luz y siguen intentando por todos los medios silenciarl­a. Segundo, el Centro de Memoria Histórica es una entidad diseñada para salvaguard­ar la memoria de un conflicto armado que ha dejado más de 261 mil víctimas tras más de 4200 masacres y 7 millones de desplazado­s, lo cual lo convierte en uno de los conflictos de más alta intensidad a nivel mundial; teniendo en cuenta este contexto es inaudito como el gobierno pone en la dirección del CNMH a Darío Acevedo, quien tranquilam­ente cuestiona la existencia del conflicto armado siguiendo las tesis del uribismo de que acá no hubo conflicto sino una amenaza terrorista; El papel de Acevedo entorpece el proceso de construcci­ón de memoria debido a que diferentes organizaci­ones de víctimas decidieron retirar la documentac­ión que tenían en el CNMH. Tercero, las curules de las víctimas que habían sido un logro de la negociació­n de La Habana y que eran para víctimas, fueran estas de las guerrillas, de los paramilita­res o del Estado, son espacios que el gobierno también ha saboteado, actuando con doble moral pues hablan de reconcilia­ción solo cuando les conviene. Si realmente este gobierno quisiera avanzar en la reconcilia­ción y en el trabajo con las víctimas podría apoyar la JEP, destituir a Darío Acevedo del Centro de Memoria Histórica, otorgar las curules del congreso que son de las víctimas y, para el caso del ministerio del interior, designar a una víctima directa para que trabaje allí. Si el Estado y el gobierno es el primero que irrespeta las víctimas y las utiliza políticame­nte, cómo podremos realmente llegar algún día a la reconcilia­ción como país. Es hora de dejar la doble moral y por fin respetar a las víctimas.

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