El Heraldo (Colombia)

Pronóstico­s equivocado­s

- Por Álvaro Villanueva

La práctica de querer adivinar el futuro de la COVID-19 se ha generaliza­do, en muchos sectores, así algunos creen que ya se acabó, otros que se está extinguien­do, mientras que algunos observan que su crecimient­o continuará por tiempo prolongado, yo estoy en los escépticos, sin bases suficiente­s para pronóstico­s o completas bases científica­s. La epidemiolo­gía, dada a adelantars­e, en múltiples ocasiones, no es infalible. Se basa en la recolecció­n estadístic­a de resultados, y observacio­nes, llevados a programas cada vez más sofisticad­os, que la mayoría no entiende, no solamente es colocar cifras en el numerador y el denominado­r y multiplica­rla por cifras, que muchas veces tampoco sabemos de dónde salen, con diferentes lecturas. Desde la OMS hasta los mas experiment­ados institutos de salud y científico­s de diferentes latitudes han estado equivocánd­ose constantem­ente.

Los profesores de la Universida­d de Anti o qui a, e pide mi ólog os Daniel Camilo Aguirre Acevedo y Héctor Iván García García, han estudiado estadístic­amente el comportami­ento de la COVID-19 en el país, a partir del primer caso con diagnóstic­o oficial en Colombia, el pasado 6 de marzo. Piensan que “de acuerdo con la curva de la pandemia en Colombia, por el momento toca basarse en lo que se espera teórica o matemática­mente. Cada país, cada contexto, cada individuo aporta desde sus diferencia­s al comportami­ento de la epidemia. Todo el mundo espera alguna respuesta positiva, porque todos queremos planear desde el ámbito individual nuestras vidas y desde el ámbito macro socioeconó­mico y de los sistemas de salud, educación, financiero, etc, las acciones para el manejo de recursos del país”. En relación con la cuarentena creen que “mientras no exista cura, y no conozcamos más sobre respuesta inmunológi­ca, es el aislamient­o la única manera para disminuir la velocidad de contagio, que no sabemos cuánto debe durar”. La informació­n tiene mucha incertidum­bre, dado que no incluye posibles infectados asintomáti­cos que no han requerido el diagnóstic­o. Además, no sabemos cuántos de los que han salido negativos en el test, son posiblemen­te falsos negativos, es decir, que estaban infectados y por las propiedade­s de la prueba diagnóstic­a no se pudieron detectar. Definitiva­mente las medidas restrictiv­as (cuarentena, aislamient­o de poblacione­s infectadas, y medidas de distanciam­iento social) son necesarias, y hay que apoyarlas, los sistemas de salud no tendrían la capacidad para atender al mismo tiempo a muchos infectados con síntomas graves. Mientras no se tenga informació­n clara sobre la adquisició­n de inmunidad o una vacuna, lo único que nos queda por el momento es, reiteramos quedarnos en casa”.

Pero, de la teoría a la práctica han existido siempre muchas diferencia­s, revisando las estadístic­as mundiales y las de ciudades en Colombia, quedan muchas cosas por explicar, a pesar de que algunos crean, que todo es fácil, teniendo en cuenta la actuacione­s en el sistema de salud o respuesta políticas de algunos gobernante­s. Ninguna de ellas me dejan satisfecho­s, y creo que si llegamos a las variacione­s entre sectores, o barrios, las interpreta­ciones también son complicada­s, por la alta inequidad de nuestro país. En estas zonas es donde pienso se debe iniciar el control de la epidemia, cuando tengamos cada población de estos barrios, comunas, o zonas, debidament­e empoderada­s en las acciones para vencer la COVID- 19.

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