El Heraldo (Colombia)

Cinco ideas

- Por Indalecio Dangond

Por razones de trabajo, hace 25 desde días, Bogotá tuve que a varias trasladarm­e zonas agrícolas y ganaderas de la región Caribe. Las lluvias y los calendario­s de siembras no saben de trámites, y si el crédito no le llega a tiempo los productore­s del campo pueden ver frustrados sus proyectos productivo­s.

En este recorrido tuve la oportunida­d de charlar con varios empresario­s del campo y constatar en sus fincas lo difícil que es desarrolla­r un proyecto productivo rentable en este país. Me impresionó mucho el estado tan crítico de las vías terciarias, la es casa cobertura de serviciosp­úblicos y la poca infraestru­ctura de canales y presas para sistemas de riego, factores que pesan mucho en la rentabilid­ad de los agronegoci­os.

En las Unidades Agrícolas Familiares, la situación es más complicada.

La ausencia de las entidades pública y gremiales en materia de em prendimien­to rural, transferen­cia tecnología­s y conocimien­tos, control fitosanita­rio y crédito agropecuar­io, en total. En esta economía familiar campea la in eficiencia, la in formalidad y la pobreza. De 10 campesinos que entrevisté, 9 me consiona

fesaron que nunca habían recibido una visita de un funcionari­o de la Umatas, ICA, Agrosavia, Finagro, Banco Agrario, la Agencia de Desarrollo Rural o la Agencia Nacional de Tierras. Hubo uno que me respondió que a ellos “hasta la muerte les llega tarde”.

Este es el ejercicio que deberían hacer los funcionari­os públicos y el club de viven biblioteca­rios haciendo del diagnóstic­os agro de Bogotá, trasnochad­os que y tratamient­os demagógico­s al agro. Cuando uno revisa los actuales instrument­os o programas de ayudas para el campo colombiano, encuentra que el 95% no llega a las fincas de estos pequeños y medianos productore­s del campo que trabajan a cielo abierto los 365 días del año. Son los únicos que no pararon de trabajar en esta sesentena. Con este nuevo panorama fiscal, no nos queda otra alternativ­a que cambiar este ineficient­e modelo paternalis­ta de producción agropecuar­ia, donde más del 70% de los recursos del presupuest­o público asignado al sector agropecuar­io se esfuma en manos de la burocracia y la corrupción. El agobiado sector rural está exigiendo soluciones de verdad, que bajen al productor del campo y que sean perdurable­s en el tiempo. Se trata, en un lenguaje práctico y sencillo, tomar decisiones de fondo que garanticen en primer lugar, la seguridad jurídica de la tenencia de la propiedad rural. En inaudito que este país, de cada 100 productore­s del campo, 54 no tengan sus títulos al día. Las amnistías fiscales y jurídicas deben ser también para los pobres. En segundo lugar, destinar por menos el 30% del presupuest­o de inversión en construcci­ón de presas y canales, para fomentar la inversión en sistemas de riego en zonas de mayor sequía.

En tercer lugar, direcciona­r todos los subsidios e incentivos de tasa de interés, cobertura de precio y seguro agrícola, a productore­s del campo integrados a una cadena productiva, para promover la formalidad en el sector primario. En cuarto lugar, tercerizar la asistencia técnica a la agroindust­ria y el agrocomerc­io; y en quinto lugar, ampliar el sistema de crédito de redescuent­o Finagro, a los clúster agroindust­riales con respaldo de garantía soberana del 80%.

*Experto en financiami­ento agropecuar­io.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia