El desespero
Científicamente está comprobado que no hay nada más negativo para un ser humano que súbitamente le suspenda o aprisionen o limiten en alto grado sus elementales libertades individuales, ni siquiera sus derechos, como libertad de locomoción, de expresión, de decisión geográfica, de actos de voluntad dirigidos a satisfacer sus necesidades vitales y a sus apetencias lúdicas. Esta pandemia ha logrado en miles de personas esa sensación de restricciones fuertes. Lo que produce depresiones, angustias, indisciplina y desobediencia, resistencia máxima, rebeldía absoluta. Por eso el término confinamiento está mal empleado porque la libertad que el confiere a cada individuo por naturaleza, Por educación, por ese ADN que tiene la rebeldía a lo que signifique obediencia, no lo soporta, ni lo acepta, ni siquiera lo coincide.
Lo hemos sostenido varias veces en estas columnas y en diversos foros y encuentros: el costeño no acepta impositener. ciones, además que odia consciente o inconscientemente las normas. Que se la apliquen a los otros, a mí no. Por eso no respetamos las filas, los turnos, Las preferencias justificadas, por lo mismo vemos que nos atienden en una oficina cualquiera y le pasan a uno los papeles por la nariz, irrumpen en que no lo están atendiendo y empiezan a pedir lo que requieren. En el tránsito automotor es cinco veces de esquina a esquina que rompen todas las reglas y violan todos los avisos de prevención. Es una costumbre para todos, una cultura dirían los psicólogos que buscan excusas y explicaciones.
Ese desespero por salir a disfrutar de la vida de antes, de libertad, de negación a la obediencia como triunfo íntimo de ese ego distorsionado, todos ellos están produciendo las aglomeraciones, la reuniones, los encuentros colectivos en la calle y por lo tanto el rompimiento de la medida de aislamiento que como lo explicó el gobierno nacional y local en los medios de comunicación, es apenas el mínimo requisito que debemos cumplir para detener el avance de la pandemia.
La verdad es una e inocultable: Si no Obedecemos vamos a echar para atrás y el virus no se irá nunca porque vuelve a reproducirse. Cómo hacerle entender a los costeños desobedientes este asertivo que científicamente no tiene discusión? Si el desespero por volver al estatus anterior es tan grande lo que va a producir inmediatamente es la alteración del ánimo y del carácter, la tensión en el encierro, la depresión y la angustia. Bien hacen las autoridades en diseñar políticas de aislamiento médica psicológica aun cuando volvamos a manifestar así nos tilden de anticuados, que esas consultas médicas por internet, a nuestro juicio son totalmente inocuas, alejadas de la esencia en habilidad de la medicina desde los tiempos antiguos. Y seguido, hay cientos factores que indican para que el médico mediante la observación directa, la voz, la expresión, los síntomas físicos, además, aptitudes, inclusive; la mirada puedan ser determinantes para un diagnóstico. La pantalla es una mentira, una distracción, buena para muchas cosas, negativas para otra. Y seguido el desespero de la gente no se cura con recetas a larga distancia la hermenéutica de la salud es esencialmente de conexión tú a tú con tu especialista.