¡Estoy “3-15”!
Nunca hasta ahora EL HERALDO me ha exigido que esté sobrio cuando escribo una columna. Y lo confieso, hoy estoy escribiendo esta, por primera vez en 40 años, con algo más de un par de traguitos entre pecho y espalda. Es que acaba de terminar nuestra reunión semanal con los muchachones de “Mas Barato”, grupo de amigos que nos reuníamos inmancablemente todos los viernes desde las 12 m., con almuerzo, traguito y postre, reunión que nos ha tocado cambiar por un encuentro virtual por Zoom los viernes en la tarde. Y para continuar con la tradición, cada uno con su traguito en la mano. Puede que el coronavirus nos obligue a un cambio de vida, pero así mismo ¡debemos buscarle la comba al palo! ¡Y la reunión virtual se ha vuelto bacanísima y divertida! La mayoría supera mis 75 abriles. ¡Pero en cuanto a temperamento, sensatez, experiencia y sentido del humor, son unos maestros con doctorado! Yo, simplemente un aprendiz. Ahora mismo, un aprendiz que está “3-15”.
Durante estas reuniones virtuales “se mama gallo”, pero también se tocan temas muy importantes. Todos en “Más barato” tenemos una experiencia a cuestas que es definitiva para que este grupo sea muy especial, así que las 3 horas que tarda nuestro encuentro de amigos, se pasan volando, y obvio que además, hacemos planes para reanudar las reuniones presenciales para cuando Duque y nuestras respectivas esposas nos den permiso de salida, plazo que se ha vuelto a extender, ¡y de manera exagerada! Lo otro es festejar que no nos hemos dejado atropellar por la tecnología sino que la pusimos al servicio del compañerismo y la amistad. ¿Podrá haber utilidad mayor que esa? Y quizás sea este ejemplo, suficiente enseñanza para que otros “veteranos de las mil guerras” nos imiten en esta cuarentena que se dilata. Por lo menos, es ese mi mensaje y mi propuesta a aquellos “mayores” que se han encerrado y suspendido totalmente su actividad social. No incluyo en esta, la sugerencia de los “traguitos”, ya que eso será opción de cada uno. Pero como a todo hay que buscarle el lado bueno, saber que un grupo de amigos veteranos hemos aplicado la tecnología a las relaciones sociales, deberemos aceptarlo como un hecho positivo generado por el COVID-19. Con seguridad que así serán muchísimos los cambios favorables que nos dejará esta pandemia, siempre y cuando que dentro de las obvias dificultades, veamos la situación con optimismo. Y eso dependerá de cada uno.
Uno de los temas en esta reunión virtual ha sido la recurrente crítica, a la maricada esa, de estar llamándonos “abuelitos” a los mayores de 70 años, reconociendo que el término puede estar cargado de buenas intenciones. Pero no es menos cierto que por nuestra experiencia, tenemos la sensatez necesaria para saber protegernos en donde estemos. Lo que sí entendemos es que a diferencia de países nórdicos, orientales u otros como Canadá, en donde la cultura, la educación y la disciplina está muy nivelada en toda la población, aquí la cosa es diferente. Con un pequeño porcentaje que sí cumple, otro que solo medio-medio, y el mayor, que “se pasa por la faja” lo que se disponga por ley para protegernos, a papá Gobierno no le ha quedado opción diferente que enclaustrarnos a todos los mayores de 70 por igual. ¡Ni al presidente ni a nosotros nos queda otro camino!