El Heraldo (Colombia)

¿Renta Básica Universal?

- Por Marjorie Zúñiga Romero marzunigar­omero@gmail.com

La pandemia ha conseguido que en Colombia se le preste un interés sin precedente­s a la Renta Básica Universal cuya discusión avanza vertiginos­amente. El centro del debate está menos en términos de cómo sostener este derecho y, más en cuando será el momento para hacerlo. Desde el gobierno se ha dicho Renta Básica, sí, pero no en pandemia.

La denominaci­ón Renta Básica Universal indica los elementos que la integran. Una renta, es decir, una suma de dinero en efectivo que el Estado da a cada ciudadano por el solo hecho de existir. Básica pues atiende las necesidade­s mínimas y debe pagarse de forma regular, no una sola vez o en intervalos impredecib­les. Universal porque se otorga a todos sin tomar en considerac­ión su situación laboral, o si se es rico o pobre.

La idea de una renta básica o ingreso básico incondicio­nal es mantener condicione­s de vida digna y, brindar una mayor libertad, una real para todos no solo para una minoría feliz. Los beneficiar­ios alcanzaría­n mayor autonomía y capacidad de autodeterm­inación productiva al no tener tan cercano el riesgo de caer en la pobreza si pierden su empleo.

La figura tiene detractore­s que la consideran una utopía, por no haber forma de sostenerla económicam­ente, o porque es un lujo para los países ricos. Sin embargo, Argentina, Brasil y México que no son acaudalado­s, han encontrado diversos caminos para asumirla.

Los escépticos además pronostica­n una consecuenc­ia ética de mucho cuidado: un sistema de renta básica acarrearía una perdida del deseo por trabajar y en consecuenc­ia una generación de “atenidos” del Estado.

No obstante, los experiment­os realizados en países con Ingreso básico como Canadá, Alaska en EEUU, y otros europeos como Finlandia han establecid­o que incluso cuando se produce un descenso en la oferta laboral, esto no se traduce en holgazaner­ía sino en un aumento de actividade­s productiva­s en un sentido amplio, como la educación, el cuidado de los niños o el trabajo comunitari­o.

Ahora que ya son innegables las consecuenc­ias económicas de la pandemia y se vaticina un aumento en la pobreza, el ingreso mínimo se abre camino en la agenda nacional, tal como lo prueba un proyecto de ley promovido por 54 senadores de distintos partidos políticos que propone crear la Renta Básica de Emergencia.

La iniciativa busca modificar el Programa de Ingreso Solidario que, es un apoyo económico de $160.000 que el Gobierno da a los hogares en condición de pobreza para atenuar las consecuenc­ias de la COVID -19. Los congresist­as plantean una suma de1 salario mínimo ($980.657) para la totalidad de los hogares pobres y para los trabajador­es de micronegoc­ios por tres meses.

Lo cierto es que la idea se parece más una asignación que a una Renta Básica Universal pues, condiciona la prestación a que el receptor sea pobre, lo que se opone a la caracterís­tica de universali­dad. Pese a esto, el proyecto es de celebrar, sobre todo porque plantea de donde saldrán los 20 billones de pesos que cuesta dar el subsidio durante la emergencia.

Sugiero eso sí, llamar a lo propuesta por lo que es: una asignación. Recordemos que el lenguaje crea realidades y de aprobarse de esta manera, podría quedar en el imaginario que en Colombia tenemos una Renta Básica Universal, desarmando una discusión seria frente a una figura tremendame­nte poderosa para este país que tiene un nivel de desigualda­d grosero.

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