Nuestro ‘George Floyd’
Después de más de dos meses en las que la mayoría de las noticias que se destacaban estaban vinculadas al coronavirus, a sus prevenciones, a sus peligros y a sus consecuencias, después de semanas en las que todas las conversaciones que escuchaba giraban en torno a esta pandemia, después de días de solo leer acerca de estadísticas, probabilidades y números de contagiados y fallecidos, llegó el asesinato de George Floyd para revolverlo todo.
Para quienes aún no lo sepan, el pasado 25 de mayo, en Minneapolis, Estados Unidos, un hombre afroamericano fue detenido por la policía local por presuntamente intentar pagar con un supuesto billete falso de 20 dólares. Sin embargo, luego de un claro abuso de poder y de fuerza, este hombre terminó siendo asesinado por uno de los cuatro oficiales a cargo.
A raíz de este acto tildado de haber sido profundamente racista, y que se convierte en uno de los tantos que aún se presentan a diario en el país americano, las calles se llenaron de protestantes exigiendo justicia, exigiendo un cambio y exigiendo que se respetaran las vidas de los afro descendientes.
Y como cuando tiembla allá, se siente acá, nuestros noticieros y nuestras redes sociales empezaron a ser inundadas con noticias de manifestaciones, con mensajes de apoyo de la comunidad internacional y con una tendencia de ‘silenciarnos’ para que lo importante fuese escuchado. De repente, las cuentas de Instagram se llenaron de imágenes con un cuadro negro, y todo el mundo se calló como una señal de absoluta empatía.
Ahora, antes de hacer la crítica que vine a hacer, debo aclarar que jamás pensaré que luchar por los derechos humanos vaya a estar mal, y que jamás pensaré que alzar la voz para luchar por una justa causa, solo porque esté sucediendo en otro lado, no valga la pena, pero creo que es importante que con estos casos nos demos cuenta que el problema de nuestro país, recae en que estamos tan acostumbrados a que aquí tanto pase, que carecemos de la capacidad de indignarnos por las injusticias que suceden a diario, y que casi siempre quedan impunes.
Los medios grandes de comunicación de este país se encargaron de mostrar todos los días el caso de Floyd, se encargaron de contar cada detalle de lo sucedido, y se encargaron de mostrar los mensajes de apoyo de artistas y celebridades, pero lastimosamente, casi ninguno habló sobre nuestro ‘George Floyd’, el joven de Puerto Tejada llamado Anderson Arboleda que, según cuentan sus familiares, amigos y testigos, fue brutalmente asesinado por el abuso de fuerza de un policía el pasado 19 de mayo.
Por él no hubo cuadros negros, no hubo ‘hashtag’, no hubo conmoción nacional. Y es justo ahí dónde vemos la enorme diferencia que hay entre los estadounidenses y nosotros. A nosotros nos han acostumbrado a que nada nos duela.