Lo hacen bien
Son tantas las coincidencias entre lo ocurrido en Chile, en Ecuador, en Colombia, y ahora en Estados Unidos en materia de desmanes y vandalismo en medio de marchas de protestas teóricamente pacíficas, que da pie a tener en cuenta una de esas teorías conspirativas comunistas que antes parecían exageraciones. Sin embargo, la captura de extranjeros en todas las manifestaciones de todos los países conlleva una gran carga de suspicacia. Ojalá no sea así, pero ojalá también que las autoridades estén preparadas para conjurar cualquier nuevo desafuero de orden público que intente desestabilizar nuestras instituciones. Porque el enemigo no duerme.
Pero por ahora lo urgente es la preparación para afrontar las dos crisis: La de la salud, y la económica, una disyuntiva ante la que no se puede escoger, puesto que exige atención paralela. Para nada envidiable en medio de esta pandemia estar metido en los zapatos de ningún gobernante. Muy duro les ha tocado a todos controlar esta desbocada tractomula de la que no existía ninguna experiencia. Pero lo están haciendo bien. Después de la etapa del confinamiento total que mantuvo razonablemente estable la curva de contagios, era hora de abrir la economía. Es que tanto el Banco Mundial como todos los entendidos hacen predicciones terribles sobre el impacto que tendrá el inicial obligatorio confinamiento que paralizó industria y comercio, el crecimiento pinta bajísimo, el desempleo aumentará, y los índices de pobreza se dispararán, en fin, un cuadro negro. Coinciden también en que la recuperación de la economía será muy lenta, por lo que cuanto antes se reactive menores serán los problemas. Claro, no hay que descuidar la salud, estricto seguimiento a los contagios, precaver la demanda de camas hospitalarias, atender adecuadamente a los pacientes. Pero el éxito estará en el comportamiento de la gente que obedezca y cumpla con los protocolos de prevención y de aseo personal.
Lo de Duque está internacionalmente reconocido y, salvo Claudia López y algún otro, los jefes de los entes territoriales lo hacen bien. Pumarejo lo hace bien, y aplica su mejor empeño para concientizar a la gente y luchar contra nuestra incorregible indisciplina; razón tiene Renowitzky: somos muy distintos a los paisas. Hay, obvio, críticas (por aquí son como la verdolaga), y hay también funcionarios que no prestan la debida y rápida atención, habrá casos, pero siempre acuden, siempre asisten, pues la orden de Pumarejo es clara y contundente. Las decisiones han sido correctas: la gente debe salir a producir, los negocios deben gradualmente reabrir y, además, dado que nuestra economía es mayoritariamente informal, prima el rebusque, hay que dar libertad de movilidad para que aparezcan los clientes. Eso sí, cumpliendo los protocolos. Los contagios aumentarán, cosa inevitable. Toca entonces controlar los fallecimientos.
Pumarejo y Elsa, además, hacen lo indicado para con inversión pública impulsar la economía reactivando obras civiles y demás proyectos. O sea, vamos bien, ellos lo hacen bien.