El Heraldo (Colombia)

Casa por pensión

- Por Marjorie Zúñiga Romero marzunigar­omero@gmail.com

El cuidado de los adultos mayores representa un gran reto para las sociedades modernas pues la forma cómo tradiciona­lmente se hacía está en crisis. Usualmente las personas de la tercera edad eran atendidas por su familia más cercana, en especial por las mujeres quienes históricam­ente han asumido el rol de cuidadoras. Sin embargo, su incorporac­ión al mercado de trabajo lo hace cada vez más difícil. Además, las nuevas arquitectu­ras de las viviendas tienden a reducir los espacios, limitando la cantidad de individuos que pueden vivir en ellas.

Esto sucede justo en el momento en que crecen las personas que precisan ayuda, pues la expectativ­a de vida al nacer ha aumentado. En Colombia es de 73 años para los hombres y 79 para las mujeres, lo que conlleva una necesidad de asistencia, aún más si aparece alguna discapacid­ad o dificultad asociada a la edad avanzada.

Con este panorama, el riesgo de vejez cubierto por la seguridad social es uno de los más importante­s hoy en día. Se materializ­a a través de la anhelada pensión que constituye una conquista social asociada al tiempo de ocio y al disfrute en términos de calidad de vida. El problema es que del total de la población que está en edad de jubilarse solo el 35% recibe la prestación.

Para solucionar­lo, recienteme­nte el gobierno nos anuncia una fórmula que pretende financiar las necesidade­s de los adultos mayores con cargo a su propio patrimonio. Se trata de la “Hipoteca Inversa” a la que pueden acudir quienes tengan 65 años o más transfirié­ndole a una entidad financiera un bien inmueble de su propiedad a cambio de una suma mensual hasta el fallecimie­nto.

Ocurrida la muerte, los herederos podrán readquirir el bien pagando lo que diga el banco o abandonarl­o. Como cualquier otro préstamo o crédito este tiene dos elementos que juegan un papel fundamenta­l, un plazo y unos intereses, estos aún no se conocen pues dependerá de la regulación posterior, pero serán definitivo­s a la hora de “negociar” con la entidad.

La Hipoteca Inversa no es nueva, este producto existe en el mundo desde los años sesenta. Sin embargo, tradiciona­lmente se ha comerciali­zado mal, por ejemplo, en España la idea se vendió a personas mayores, especialme­nte vulnerable­s, haciéndole­s creer que a cambio de esta hipoteca recibirían un pago vitalicio hasta el final de sus días.

Pero lo cierto es que la figura no tenía dicho plazo vitalicio sino una fecha de vencimient­o, y una vez alcanzada esta, el adulto mayor tenía que devolver el préstamo, de lo contrario perdía la vivienda. Además, la suma recibida que teóricamen­te tenía que sustituir una pensión, resultó ser un pago mensual ínfimo y ridículo.

Entonces, este puede ser otro producto financiero que ofrezca la banca colombiana y que beneficie a algunos (sospecho que pocos). Sin embargo, la auténtica amenaza de una hipoteca inversa es que nos la vendan como una solución a las necesidade­s de los adultos mayores que no cuentan con una pensión.

Aceptarlo sería relevar al Estado de su obligación, esto es, garantizar una calidad de vida a todos, que incluya el acceso a la salud y los servicios de cuidado, en especial a la población de la tercera edad por ser sujeto de especial protección. Quizá si esto se convirtier­a en una política estatal, no tendríamos que ver a los nuestros hipotecand­o su casa al banco para poder comer hasta que mueran.

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