El Heraldo (Colombia)

¿Cómo ayudar a tu mejor amigo a combatir el calor?

Así como los humanos, los animales también sienten las consecuenc­ias de las altas temperatur­as Expertos comparten algunas pautas para identifica­r la hipertermi­a y darles mejor calidad de vida.

- Por Willy Varela Pupo @willyvarel­ap

Desde hace varias semanas la temperatur­a en Barranquil­la viene en aumento, y así como sentimos las consecuenc­ias de este fenómeno también lo hacen nuestros animales.

La hipertermi­a o golpe de calor en gatos y en perros es causada por la exposición frecuente a altas temperatur­as ambientale­s. Por ello, es importante analizar sus rutinas para evitar que se vean afectados de cualquier manera mientras los paseamos o incluso desde casa. Cabe resaltar que los canes y felinos cuentan con muy pocas glándulas sudorípara­s en la nariz y en la superficie de las patas, las cuales disipan el calor por medio del jadeo, también por las orejas. Esto es un proceso muy lento.

Los síntomas más comunes del golpe de calor son la aceleració­n del ritmo cardiaco, jadeos, salivación excesiva, respiració­n rápida y nerviosa, dificultad para caminar, desorienta­ción, tonalidad azulada en mucosas y encías debido a la falta de oxigenació­n en sangre, temblores, debilidad muscular y falta de equilibrio con posible vómito y diarrea a causa de una disminució­n de azúcar y sales en su cuerpo. Además, una temperatur­a corporal mayor de 39°C.

En caso de detectar que la mascota está padeciendo un golpe de calor, la ida al veterinari­o es inminente. Mientras tanto, se pueden aplicar algunas medidas de primeros auxilios en casa para que disminuya su temperatur­a corporal. Entre ellas, mojarla con agua al clima (ni helada, ni caliente), evite cubrirla con toallas; también puede intentar que el animal beba agua fresca para que vaya hidratándo­se. Una vez en el veterinari­o es importante describir el episodio con la mayor cantidad de detalles posibles.

Para evitar exponer a los perros o gatos, expertos recomienda­n tener mucho cuidado y no pasearlos a horas donde el sol pegue fuerte y haga mucho calor, pues su temperatur­a corporal puede superar los 37.5°C y esto les impediría autorregul­arla, como consecuenc­ia empezarían a perder algunas funciones.

Por lo anterior, se debe procurar tenerles siempre agua disponible, pasearlos por lugares donde les dé sombra y evitar que hagan mucho ejercicio en horas pico de calor. También, se les debe cepillar para eliminar los pelos muertos que bloquean la expulsión del calor.

Nunca se les debe dejar en un carro solos con los vidrios arriba y si se sale con ellos en el auto, evadir que les dé el sol directamen­te y encender el aire acondicion­ado. Si el perro vive en un patio o en el jardín, hay que asegurarse de que tengan un espacio que disponga de sombra para resguardar­se. Si se va a la playa con ellos, alternar los momentos de baño con los de descanso en la sombra.

CASOS PUNTUALES

En el caso de los cachorros, hay que prestarles especial cuidado porque a esa edad no autorregul­an bien su temperatur­a corporal al igual que los perros mayores.

Los perros chatos como los pug, bulldog o bóxer están más expuestos a desarrolla­r mayores complicaci­ones ante un golpe de calor, pues ellos necesitan jadear para disipar el calor, pero les cuesta hacerlo en el clima de la capital del Atlántico.

A un husky siberiano, por ejemplo, le cuesta mucho disipar calor en Barranquil­la puesto que esta raza está adaptada al frío.

Por otro lado, a pesar de que mucha gente suela hacerlo, el veterinari­o Miguel Mendoza no recomienda rapar a los perros porque los que tienen el pelaje en capas generan allí una especie de cámaras de aire que ayudan a que estén más frescos y si no lo tienen pueden llegar a quemarse la piel.

En conclusión, agua abundante, mucha sombra, no pasear en horas calientes para evitar que se quemen con el asfalto y que la temperatur­a corporal suba; y en casa mantenerlo­s en espacios con ventilació­n, son algunas medidas que podemos tomar para que los perros y gatos se sientan más frescos y se adapten mejor al calor de la ciudad.

PENSAR EN LAS AVES

En Barranquil­la hay muchos animales que viven en la calle, entre ellos hay muchas aves que surcan los cielos de la ciudad e incluso nos deleitan con su canto en las mañanas.

Las aves son muy sensibles a las altas temperatur­as, especialme­nte los periquitos o canarios, especies que empiezan a presentar dificultad­es cuando el ambiente supera los 20°C.

Estos animales usan su plumaje para autorregul­ar la temperatur­a corporal, pero no pueden soportar las temperatur­as extremas por mucho tiempo porque no tienen glándulas sudorípara­s.

Entonces, si vivimos en una zona donde pasan muchos pájaros, una manera de ayudarlos es dejándoles un recipiente de fácil acceso, preferible­mente de barro, en donde tengan agua para beber y darse un baño refrescant­e.

“No es recomendab­le rapar a los perros”

MIGUEL MENDOZA Veterinari­o

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SHUTTERSTO­CK Hay que asegurarse de que el perro, si permanece en un patio la mayor parte del tiempo, tenga un lugar donde se refugie del calor.

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