Abren más fosas en el Calancala
El cementerio recibe hasta 15 fallecidos diariamente; el promedio que manejaban antes de la pandemia era de seis ➲ Alcaldía dispone cuarto frío ante una emergencia.
El Cementerio Católico Calancala de Barranquilla duplicó en las últimas semanas las inhumaciones diarias, pasando de seis a un promedio de 13, debido al incremento de personas fallecidas por el coronavirus. La administración del camposanto le confirmó a EL HERALDO que ha aumentado su capacidad para atender la creciente demanda. Hoy cuenta con espacios suficientes para realizar 300 entierros, y de ser necesario abrirá más fosas y bóvedas dentro del mismo terreno. El personal del cementerio sigue estrictos protocolos de bioseguridad para dar manejo a los cadáveres y tener el mínimo contacto con el ataúd.
Después de que se avalaran las inhumaciones en Barranquilla para los casos de muertes por la COVID-19, ante el incremento de fallecidos, los cementerios han tenido que trabajar a toda marcha para atender la demanda.
En la actualidad son entre 12 y 15 inhumaciones diarias las que se realizan en el Cementerio Católico Calancala. El promedio antes de la emergencia sanitaria era máximo de 6.
A la fecha, el camposanto tiene capacidad, entre fosas y bóvedas, para unas 300 inhumaciones. En caso de que la cifra de muertes siga en aumento, la administración del cementerio prevé abrir más fosas y bóvedas dentro del mismo terreno.
PROTOCOLO. Dentro de su protocolo de bioseguridad han implementado utilizar solo las bóvedas que se encuentran en el nivel 2.
“Lo que buscamos es que el cilindro donde se hace la sepultura quede al mismo nivel del carro fúnebre para que quienes hacen el proceso tengan el mínimo contacto posible con el ataúd. Cuando agotemos ese nivel usaremos nivel 1, a ras de piso”, explicó José Franco, coordinador de operaciones del cementerio.
Agregó que el personal del campo santo sigue estrictas medidas sanitarias para cumplir con las exigencias que ha impuesto el Gobierno nacional para el manejo de cadáveres.
CUARTO FRíO. Un cuarto frío con capacidad para unos 50 ataúdes se instaló en el Cementerio Universal, ante