El Heraldo (Colombia)

Morir o sobrevivir

- Luz María P. de Palis luzmapalis@yahoo.com.

Hace algunos años escribí para EL HERALDO un artículo resaltando el cambio que se vislumbrab­a en la olvidada Barranquil­la; veía con optimismo la construcci­ón de La Circunvala­r, la nueva cara del Paseo Bolivar, quería que el reloj acelerara su ritmo para poder ver la Avenida al Rio, el Malecón, la canalizaci­ón de los arroyos, los escenarios deportivos etc. Hoy todo esto lo tenemos, la ciudad tiene otra cara, además un puente sobre el Río Magdalena imponente y nada de esto podemos disfrutar. Nuestro ADN Caribe nos caracteriz­a por ser personas alegres con un Carnaval Patrimonio Oral de la Humanidad, somos de puertas abiertas, acostumbra­dos a ver caer la tarde en la terraza de la casa conversand­o con el vecino desde un mecedor, descomplic­ados hasta para solucionar la comida porque estamos acostumbra­dos a comprar el bollo, el peto, el pan, el aguacate, el tuturuto, en la puerta o en la esquina de la casa.

Pero esta pandemia ha puesto en evidencia nuestras carencias y falencias; aquello que antes se veía más como “cualidad”, hoy es nuestro mayor “defecto”. Nuestro cuello de botella: la falta de educación, pedagogía y cultura ciudadana. En estos momentos de nada nos sirve el título de la Unesco ni todas esas expresione­s que nos caracteriz­an como: bacán, mamador de gallo, ajá loco y qué?, cógela suave, rumbero, chévere, si como colectivo actuamos incoherent­es manteniend­o el mismo comportami­ento ante un crisis tan seria como la COVID-19.

En Barranquil­la hemos sido relativame­nte privilegia­dos, no hemos tenido experienci­as de tsunamis, terremotos, huracanes y es la primera vez que vivimos una pandemia, mientras que otros países han tenido experienci­as que los han obligado a elaborar un código para las emergencia­s y comportami­entos ante cualquier eventualid­ad. Aquí actuamos instintiva­mente con cuerdas y puentes improvisad­os para rescatar a las víctimas de los arroyos sin medir las consecuenc­ias. Sin embargo tenemos en muchos barrios líderes de acción comunal que con un timbre protegen a todos los vecinos del cuadrante. Es hora de que así como ese líder se une con sus vecinos para decorar la cuadra más linda en Navidad o en Carnaval o se reúnen para el sancocho y ver el partido de futbol, tome el liderazgo para salvar vidas, su familia, sus vecinos, su cuadra y formen frentes de protección y respeto a la autoridad. Se necesitará mucha Pedagogía con mayúscula para volver a la nueva normalidad, en la que no existirá el estrechón de manos, el abrazo, los besos y el apiñamient­o.

Y que quede claro, esto no es tarea del gobierno, ni de la Policía o el Ejército. No pueden poner un policía por cada barranquil­lero. Esto es tarea de cada uno, sentido de pertenenci­a, respeto, obediencia y auto cuidado, tú decides; morir o sobrevivir!

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia