Que no se les haga demasiado tarde
Muchos de los esfuerzos que se adelantan para intentar frenar la expansión del virus en Barranquilla y el Atlántico se estrellan contra la falta de compromiso de las EPS.
Se siguen equivocando las Entidades Promotoras de Salud, EPS, en su gestión de la crisis sanitaria por COVID-19 en Barranquilla y el Atlántico. Miles de sus usuarios, cada día más desesperados por la falta de respuesta oportuna en la prestación de servicios demandados en pleno embate de la pandemia, reclaman a las autoridades locales, al Gobierno nacional y a los entes de control adoptar acciones urgentes para superar la secuencia de desatinos en los que incurren. La situación está pasando de castaño oscuro y la vida de personas, principalmente de grupos vulnerables como los adultos mayores, está en juego.
¿Cuánta responsabilidad le cabe a las EPS en la muerte de sus usuarios enfermos de COVID-19, a los que nunca les practicaron la prueba que solicitaron, entregaron los resultados a tiempo, acudieron a realizarles un seguimiento domiciliario - aunque sabían que estaban aislados y con síntomas - u ordenaron un traslado a tiempo a una unidad de cuidados intensivos cuando su condición se agravó e hizo irreversible?
Las quejas - entre 50 y 60 que recibe la Personería Distrital de Barranquilla por día – no han hecho otra cosa que crecer, lo cual confirma que, aunque las EPS dicen que toman medidas, éstas resultan pañitos de agua tibia y no dan la talla para resolver de fondo las necesidades de atención primaria en salud que la actual emergencia demanda en el momento más álgido de la pandemia en el departamento. Valga decir que no lo hicieron antes, ni tampoco ahora cuando claramente están desbordadas, así que siendo fiel a los hechos, la insuficiente capacidad de reacción demostrada por estas entidades ha sido la tónica de su actuación a lo largo de la crisis. Asociaciones médico-científicas confirman que “un contagio detectado a tiempo puede salvar a 10 personas”, ¿será que las EPS no se han enterado?
Indigna que pese al clamor de los usuarios, los perentorios llamados de la alcaldía y la gobernación, de profesionales de la salud y de otros sectores de la ciudad y el departamento, nada cambia, ni siquiera mejora. Lamentablemente muchos de los esfuerzos que se adelantan para intentar frenar la expansión del virus en barrios de la ciudad y en municipios del departamento se estrellan contra la falta de compromiso de las Entidades Promotoras de Salud. Entre el 1 de marzo y el 30 de junio, la Superintendencia de Salud contabilizó 2.707 quejas ciudadanas en su contra en el Atlántico y más de 4 mil en los departamentos de la Región Caribe.
Si bien es cierto que es competencia de las Secretarías de Salud verificar el cumplimiento de las actuaciones de las EPS, ya viene siendo hora de que la Superintendencia y el Ministerio de Salud atiendan lo que está ocurriendo en Barranquilla y el Atlántico, que no es un asunto nuevo para estos organismos del orden nacional, a los que vale la pena recordarles que durante el encuentro virtual del 17 de junio de 2020 en la Gobernación, se comprometieron a “hacer un mayor seguimiento a las Entidades Prestadoras de Salud y a sancionar a aquellas que no estén atendiendo la emergencia de manera oportuna”.
Ahora que el robot del Laboratorio de Salud Pública del Departamento, que procesaba mil muestras diarias, se quedó sin reactivos y, como anticipó EL HERALDO, tardarán 15 días en llegar; parece inevitable un nuevo represamiento en la entrega de resultados, como ya ocurrió hace unos meses. El Instituto Nacional de Salud, al que se acudió buscando apoyo, ya notificó que solo recibirá 200 muestras del Atlántico porque uno de sus propios robots debe ser sometido a una asistencia técnica, lo que disminuirá su capacidad de diagnóstico.
Doctor Luis Guillermo Plata, gerente para la atención integral de la pandemia, el Atlántico requiere con urgencia estos insumos para seguir procesando sus propias pruebas, detectando contagios, rastreando contactos, aislando sospechosos y salvando vidas; pero usted que ha tenido que batallar para conseguir cada ventilador sabe lo difícil que es. No se puede perder el terreno ganado aislando el virus y rompiendo la cadena de contagio.
Gracias por los ventiladores y el refuerzo militar para cercos sanitarios y patrullajes en Barranquilla y el departamento, pero se echan en falta los 120 mil auxilios alimentarios que el Ministerio del Interior, hace 3 semanas, se comprometió a enviar para atender la cuarentena extendida de los ciudadanos más vulnerables.
Presidente Iván Duque y ministro Fernando Ruiz, esta región, que registra aceleradas tasas de contagio y letalidad, y que según el propio INS llegaría al pico epidemiológico este mismo mes, mucho antes que el resto del país, requiere apoyos adicionales ahora mismo; de lo contrario será mucho más dramático su tránsito al otro lado y más elevado el precio en vidas que tendrá que pagar a lo largo de este camino, que está resultando ya devastador. Una vez más, en esta crisis tan profunda, llamamos al Gobierno nacional para que atienda la tormenta perfecta que sigue abatiéndose sobre este pedazo del Caribe colombiano por cuenta de la pandemia. Que no se les haga demasiado tarde.
Atlántico y Barranquilla requieren apoyos adicionales ahora mismo, de lo contrario será mucho más dramático su tránsito al otro lado y más elevado el precio en vidas que tendrá que pagar a lo largo de este camino, que está resultando ya devastador.