El Heraldo (Colombia)

Descentral­izar las regalías

- Por Simón Gaviria

Un reciente acto legislativ­o eliminó los OCADs municipale­s, dejando los proyectos en manos de los alcaldes. El DNP virtualizó el sistema de regalías, simplifica­ndo de 11 a 4 requisitos la aprobación de proyectos. Esta innovación es una descentral­ización oportuna para la economía, ya se avanzo con proyectos de la pandemia por $550 mil millones, quedan por aprobar $6.8 billones este año. Este ejercicio de devolución de competenci­as es virtuoso, pero el afán de ejecutar no puede acabar los controles, volver al infame pasado en el que las regalías eran sinónimo de corrupción. Descentral­ización sí, pero no a cualquier precio, se debe exigir resultados.

La evidencia a favor de la descentral­ización es contundent­e. Una evaluación del DNP sobre el gasto municipal del SGP destaca su carácter progresivo, aumenta en un 71% los ingresos del 10% más pobre. De hecho, propósito general, donde los alcaldes tienen discreción, muestra los mejores resultados en lucha contra la pobreza. Con la misma plata, duplicar propósito general aumentaría los ingresos del decil más pobre en 20%. Las regiones conocen mejor sus necesidade­s que el nivel central. Hasta ahí todo bien, el primer escándalo de corrupción reversa todo.

Los esfuerzos de profundiza­rlades centraliza­ción mueren en la falta de agua de la piscina de olas de Yopal, o en el Museo del Hombre Llanero que se lo comió el gorgojo. Cuando hay un escándalo regional, la generaliza­ción es la norma: no hay Barranquil­la ni Medellín que valga. En ese momento, la contrataci­ón y la toma de decisiones regresan al nivel nacional. Sin embargo, se debe entender que hay tanta ineficienc­ia como corrupción. Según el DNP, el 40% de las gobernacio­nes está en estado crítico como ejecutores de proyectos.

Para sostener un proceso de des centraliza­ción este debe ser diferencia do, no todos los municipios son iguales. A los de entornos de desarrollo robusto se les puede descentral­izar más, mientras a los de capacidade­s incipiente­s menos. En el sistema de regalías anterior, con menores controles y equidad de municipios ocurrían 8.500 irregulari­dades anual es, en el actual sistema 411 proyectos tienen problemas. Siguen siendo muchos, pero es diferente. Los trámites que para algunos son una perdedera de tiempo, para otros construyen­capacidad es. El eje rector de la des centraliza­ción debe ser los resultados: confiar, pero verificar.

Todos los municipios deben tener la oportunida­d de estructura­r y ejecutar sus regalías, pero si empiezan a presentar problemas, gradualmen­te pierden este derecho. Esta menor libertad no hay que satanizarl­a, puede significar más acompañami­ento. Por ejemplo, la nación podría pagar la estructura­ción de proyectos. Reglas de cofinancia­ción con enfoque de competenci­as podrían ayudar a sub-sanarlas inmensas brechas territoria­les, ay u dándole más a los que menos tienen. Hoy en las convocator­ias nacionales sin este enfoque, las regiones más prósperas siempre les va mejor, la desigualda­d solo se profundiza.

Una efectiva des centraliza­ción exige reconocer, las diferencia­s de capacidad institucio­nal; incentivar el mejor desempeño, sin afectarla autonomía, y avanzar progresiva­mente en función de resultados. Si la reglamenta­ción del acto legislativ­o que ahora va al congreso es en este camino, hay que apoyarla.

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