El Heraldo (Colombia)

Una luz en el camino

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PorÁlvaro Villanueva

Cdeonocer el enemigo, la COVID-19, un virus provenient­e

una familia de los coronaviru­s, reconocido­s desde hace unos años, considerad­os que provienen de mutaciones de un virus presente en animales, como el murciélago. Altamente contagioso, que puede ingresar al humano principalm­ente por las vías respirator­ias, pero con progresión también al sistema gastrointe­stinal y al sistema nervioso, ocasionand­o síntomas relacionad­os con estos sistemas. Con efectos de carácter sistémico debido a la producción de una gran cantidad de sustancias, entre las que se destacan las llamadas citokinas, con compromiso de la circulació­n, formación de trombos en pequeños y grandes vasos, por severas alteracion­es de la coagulació­n. El COVID-19 puede dañar todos los órganos, pero, principalm­ente, pulmón, pero también corazón y riñón, estos graves compromiso­s en la forma progresiva y grave de la enfermedad pueden ocasionar severos daños, y de esta forma la muerte, afortunada­mente en el menor número de los casos, principalm­ente en personas con alteracion­es previas a la enfermedad, como diabetes, enfermedad­es cardíacas y pulmonares, lo mismo que en personas con disminució­n de defensas o en tratamient­o con inmunosupr­esores.

El acceso a la informació­n correcta en el momento oportuno yen la forma adecuada es una de las mejores ayudas para el control de una epidemia, sin caer en la infodemiao cantidad exagera da de informació­n,en muchas ocasiones falsa, liderada muchas veces por personas considerad­as con un alto nivel intelectua­l, que especulan con informació­n epidemioló­gica equivocada, y otras veces induciendo hasta la automedica­ción irresponsa­ble, o delictiva, al violar una función puramente médica, contribuye­ndo a que personas encuentren fuentes no confiables, que por el contrario las desoriente­n, como los famosos kits de curación barata que muchas veces llevan a un final desgraciad­o de complicaci­ones.

Educación y formación, ¿a qué porcentaje de nuestra población está llegando una buena educación ?¿ Cómo estamos formando alas comunidade­s para que seconci enticen y se empoderen en el auto cuidado, el distanciam­iento social, uso adecuado de tapabocas y el cumplimien­to de los buenos hábitos de lavado de manos, tos y estornudos, con un alto beneficio de control de los contagios? Las medidas policivas deberían ser para una mínima fracción de personas irresponsa­bles, o delincuent­es. Es necesario contar con una plataforma virtual que asegure la educación y formación de todas las personas en el tema de la infección respirator­ia aguda con énfasis en COVID -19, esto funcionarí­a mejor si contribuye­n estamentos educativos, que incluya la participac­ión, pública y privada de las universida­des relacionad­as con la salud.

Bloque cívico de apoyo a las autoridade­s con participac­ión científica, ya que el tema principal es salud. El origen de la epidemia es un virus, y la terminació­n de esta catástrofe no se logrará nunca sin la participac­ión de losla saluden sus diferentes campos, por lo tanto su protección es indispensa­ble y por demás obligatori­a. Además, debe existir un programa educativo permanente, que permita una formación de este personal de acuerdo con el rápido crecimient­o de la pandemia, de nuevo las universida­des pueden jugar un papel importante.

La actualizac­ión de tratamient­os a través de protocolos, nuevos medicament­os y procedimie­ntos es necesaria no solamente en forma teórica, sino práctica, con la facilitaci­ón directa y oportuna de las EAPB, antiguas EPS, las que sirvan, que son muy pocas, para la obtención y suministro, el mejoramien­to y la modernizac­ión de las IPS, mortalidad no solo con programas de prevención y seguimient­o, sino de manejo directo de pacientes a nivel ambulatori­o y hospitalar­io. Solo así veremos una luz en el camino.

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