Un fiscal de bolsillo es una amenaza
El eje fundamental del modelo democrático es el principio de los pesos y los contra pesos, lo cual quiere decir que las instituciones del Estado están todas reglamentadas y vigiladas por otras entidades y así ninguna podría tener un exceso de poder en la arquitectura estatal, empezando por el Presidente de la República.
Las dictaduras como la venezolana rompieron el principio de pesos y contra pesos al controlar la rama judicial y subyugar a la Asamblea Legislativa y a los órganos de control, receta que les permite tener el dominio absoluto del Estado y desarrollar un mecanismo de represión y persecución judicial a la oposición.
Este panorama oscuro y antidemocrático nos debería hacer prender todas las alarmas porque en nuestro caso, pese a que no tenemos este escenario de tal magnitud, si tenemos un Fiscal General que no responde a principios de independencia y ejercicio del cargo en derecho, sino que llega como el brazo judicial del gobierno.
Para ahondar en esto cuatro reflexiones: Primero, Francisco Barbosa no era considerado uno de los mejores abogados, ni un gran académico, ni muchos menos un funcionario público reconocido, Barbosa no tenía ni la experiencia ni la trayectoria para ocupar el cargo de Fiscal General de la Nación, de hecho, ex magistrados de la Corte Suprema de Justicia tienen una hoja de vida mucho más amplia, experiencia y sobre todo el manejo del derecho penal para ocupar tan alto cargo; este contexto para decir que Barbosa llegó al cargo simplemente por ser uno de los mejores amigos de Iván Duque, no fue más.
Segundo, la jugada del gobierno fue magistral pues pusieron a Barbosa como Alto consejero en derechos humanos, cuando vale la pena decir nunca se le vio muy cercano a las víctimas ni a instituciones como la JEP o la Comisión de la Verdad sino que, al contrario, ha sido uno de los mayores críticos de estas instituciones como buen uribista, sin embargo fue dejado allí mientras el tiempo pasaba para poderlo postular a la Fiscalía General , y así tener cerca a un amigo personal y, lo más importante, asegurar un aliado que blinde a su gobierno y partido de los múltiples procesos que se adelantan contra ellos.
Tercero, frente a sucesos como la “ñeñe política” que es una vergüenza, el nuevo proceso 8000 que involucra compra de votos, narcotráfico y mafias, entre otros escándalos públicos, Barbosa detuvo a los investigadores de la Fiscalía que interceptaron los audios que eran base probatoria del proceso, claro ejemplo que su papel va ser desviar la investigación y tapar todo lo que pueda.
Y cuarto, el entuerto de favoresque crearon con el Contralor con esposas y cargos , bajo el principio de no nos pisamos las mangueras. Es claro que lo tendremos como país no va ser un funcionario serio e independiente sino un fiscal trabajando a favor de los intereses del gobierno, del partido de donde viene, y de persecución judicial implacable a la oposición y una total impunidad frente a casos como la “ñeñe política” y todos los casos que involucran al Centro Democrático. Un fiscal de bolsillo es la cuota inicial para las dictaduras latinoamericanas, así empezó Venezuela, qué miedo.