El Heraldo (Colombia)

Bienvenida la tecnología

- Por Indalecio Dangond

La pandemia mundial del coronaviru­s aceleró a una velocidad de vértigo los modelos tradiciona­les de negocio obligando a las empresas a adaptarse a los cambios tecnológic­os para poder sobrevivir. En menos tiempo del que nos imaginamos, todos los conocimien­tos, habilidade­s y experienci­a quedaron obsoletos.

Todos los días vemos a las empresas ajustando sus estrategia­s para situar sus productos en cualquier parte del mundo donde existe demanda potencial. Los que asumimos hace un tiempo atrás este reto de irrumpir en la tecnología disruptiva, estamos viendo que de golpe los algoritmos no van a remplazar a los humanos, pero si nos están librando de las partes fastidiosa­s de los procesos y de nuestro trabajo en las oficinas.

En Colombia, tuvimos la fortuna de contar con una política gubernamen­tal de fomento a la tecnología y al emprendimi­ento empresaria­l que ha servido para aminorar la caída de muchos sectores de la economía. Gracias a la política de fomento de la “Economía Naranja” del presidente Duque, las plataforma­s tecnológic­as pudieron ser el vehículo más eficaz para trasladar las ayudas económicas a la población más vulnerable y mantener a varios sectores de la economía con la cabeza fuera del agua.

A buena hora, el gobierno le puso dientes a esta estrategia de fomento para ayudar a escalar de manera eficaz el desarrollo tecnológic­o y el emprendimi­ento en las pymes de nuestro país. Creó el Viceminist­erio de Creativida­d y Economía Naranja, la Alta Consejería Presidenci­al, fortaleció Bancóldex y empoderó a la Agencia de Emprendimi­ento e Innovación -iNNpulsa-.

Con la creación y puesta en marcha de esta institucio­nalidad, sumada a la implementa­ción de una política de ayudas e incentivos tributario­s, fondeo de créditos de fomento Bancóldex y programas de escalonami­ento exponencia­l de iNNpulsa, el gobierno logró sortear en gran parte la crisis social y económica, y ocupar un puesto importante en el ránking de los países latinoamer­icanos que están liderando el emprendimi­ento y las tecnología­s.

En el sector agropecuar­io el impacto ha sido muy favorable. Hace dos años atrás, por ejemplo, era frecuente ver a los agricultor­es de frutas, verduras, vegetales y hortalizas, de la Sabana de Bogotá y el Eje Cafetero, trayendo sus productos a las centrales de abastos a ver quién se los compraba a precio de huevo. Con la llegada de la tecnología, el internet de la cosas y a la inteligenc­ia artificial, las cosas han cambiado. En días pasados vimos cómo a través de una teleconfer­encia de Procolombi­a apareciero­n unos compradore­s de países en los que hasta hace poco ni siquiera habíamos pensado.

Gracias a la tecnología, hoy es común encontrar a cualquier agricultor del campo con un móvil vendiendo desde su finca (e-commerce), su cosecha sin intermedia­rios a través de 15 plataforma­s tecnológic­as que dispone en su web el Ministerio de Agricultur­a y Desarrollo Rural.

¿Se imaginan la revolución que va a tener nuestro sistema productivo el día que llegue el internet de las 5G a los casi 700 municipios rurales del país?. Segurament­e las centrales de abastos, las casas comerciale­s de agroinsumo­s y los trámites bancarios pasarán a la historia.

*Experto en crédito de fomento agropecuar­io.

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