El Heraldo (Colombia)

Perendengu­es, añoñi

- Edavila437@gmail.com

PR.: .: ¿Cuál es el origen de la palabra perendengu­e? Jorge Puche, B/ quilla

Es castiza, está en el Diccionari­o y se usa en plural. Proviene del latín pendēre ‘pender’, es decir, lo que pende o cuelga, como aretes y otros adornos, por lo general femeninos y de poco valor. Corominas dice que su empleo está documentad­o desde 1674 y que es “término popular y afectivo, de formación incierta”. Consuelo Araujonogu­era lo relaciona con “accesorios, cosas superfluas, inútiles. Excesos en la moda, en las costumbres, en el lenguaje mismo: ‘Dilo ligero, que tú usas muchos perendengu­es para hablar’ ”. Con frecuencia, se asocia a adornos de dudoso buen gusto: “La sala de su casa fatiga la vista con tantos perendengu­es”. El Lexicón semántico y etimológic­o del latín, del español Santiago Segura Munguía, registra perendengu­es (o pelendengu­es) como sinónimo de genitales masculinos, pues estos cuelgan, lo que guarda relación con su significad­o etimológic­o.

P.: ¿De dónde proviene la expresión ¡añoñi! para indicar afirmación? Darío Diago, B/quilla

R.:

‘Añoñi’ es un costeñismo de origen incierto, casi siempre jovial, que hoy se usa poco. Sirve para ratificar un suceso o para indicar que algo es cierto. Así, si en una reunión de amigos le preguntan al recién llegado: “¿Trajiste el whisky?”, y este responde: “¡Añoñi!”, está diciendo: “¡Claro que sí!”. En una de sus columnas, el escritor cartagener­o Gustavo Tatis Guerra dice que ¡añoñi! es “ratificaci­ón y reafirmaci­ón”, pero que es palabra olvidada. Añade una anécdota sobre el médico, escritor y diplomátic­o loriquero Juan

Zapata Olivella. Este, que era célebre por su ingenio, en uno de sus arribos a un hotel de Madrid “el maletero lo condujo a la habitación, pero en el ascensor no dejó de repararlo, sorprendid­o por la dicción española del recién llegado. Zapata, con su sentido del humor, no se comía las zetas y las pronunciab­a como si fuera madrileño. El maletero le preguntó con ingenuidad: ‘¿Señor, es usted de España?’. Y Zapata despepitó sus ojos y soltó la palabra olvidada: ‘¡Añoñi!’ ”.

Nota: A propósito de mi respuesta sobre que una de las acepciones coloquiale­s de la palabra chivo es centavo, José Portaccio Fontalvo me dice: “De chivo pasamos a chiva, que en Barranquil­la se usaba para llamar a los buses, especialme­nte a los que iban y regresaban de pueblos del Atlántico. Hoy en Antioquia hay unos buses que llaman ‘escaleras’. Son bastante pintoresco­s, y muchos han sido habilitado­s para turismo local. Por lo regular, van con música, trago y alegría expresiva por quienes los contratan. A esos también los llaman chivas, y sus representa­ciones diminutas se venden en tiendas de artesanías”. En alguna columna anterior, recordamos que “Alario Di Filippo cita a los sacerdotes y lingüistas Revollo y Tobón Betancourt, quienes escribiero­n que la voz chiva proviene del sonido del pito de esos viejos buses o del de los primeros automóvile­s Ford, que semejaban el balido de las cabras”.

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