HABLEMOS DE FÚTBOL ¿Volverá a ser James?
No sabía cuánto tiempo llevaba sin jugar un partido. Dos años, porque ya tenía 26 años. Había sido una estrella. Lo había fichado el Real Madrid. Y llegó al Madrid y jugó seis partidos y no marcó ni un solo gol. Y lo habían quitado del equipo… se había ido desesperando. El desánimo se le había metido dentro como una enfermedad. Era un envenenamiento pasar domingo y domingo sin jugar, sin entrar en la lista de convocados…
No, no es la historia de James Rodríguez, aunque tiene muchos rasgos similares. Se trata, apenas, de las primeras líneas de un cuento de fútbol. La actualidad de James es lamentable para quien, en su momento, fue el jugador más importante del fútbol colombiano.
Hace solo seis años se coronaba como el máximo goleador del Mundial de Brasil. Llegó al Real Madrid, el club más ganador de Europa y demostró de inmediato su clase. Pero luego fue decreciendo en fútbol y aumentando en lesiones y ausencias de la titula.
...entonces llegó la noche del viernes 12 de noviembre… y el hombre dijo: yo podría matarte con esta navaja, pero mañana tienes que jugar al fútbol, mañana tienes que jugar, y vas a marcar un gol… si te quedas un poco más y me vendes tu alma, mañana jugarás y marcarás un gol y marcarás muchos goles y jugarás muchos partidos y ganarás la Liga…
Solo James sabe cuáles son las razones por las cuales, desde hace unos años hasta hoy, ya no es útil para Zidane y otros varios entrenadores. Cuando declara, ante el interrogante por qué cree que no juega, que él también se pregunta eso, es una desafortunada búsqueda de no hacerse responsable del tema. Él debería saberlo. Y, si no, entonces preguntarse qué hacía antes para vivir aquellos momentos de éxitos, y que talvez, ahora, no está haciendo.
Cómo entrena, cómo vive, cómo descansa, cómo ve su compromiso con la profesión, en fin, lo que todo futbolista- todo ser humano-generalmente evalúa en tiempos en las que las cosas no andan bien.
La Selección Colombia, y el fútbol están esperando al James de la zurda educada, el remate preciso, al toque fino y espíritu transgresor...
Fue titular indiscutible, marcó 29 goles... Así llegó a Londres, a la final de la Copa de Europa, la Liga de Campeones. Había marcado 16 en el torneo europeo... Aquel hombre le había pasado un papel donde le daba la orden de fallar el penalti en el minuto noventa de la gran final... Oyó el silbato del árbitro, lanzó. El portero se tiró a la derecha y el balón entró raso por la izquierda... Gol. Le dolía el pecho. No había cumplido su pacto con el diablo...