El Heraldo (Colombia)

Clínicas y funerarias se acusan de los errores en manejo de cadáveres en B/quilla

Cuatro familias terminaron unidas por el dolor y la incertidum­bre de no saber qué había pasado con sus familiares fallecidos, luego de que sus cuerpos se confundier­an.

- Por Camila Luque Rozo

Esta semana se hizo viral un video en el que una mujer abrió el ataúd en el que se encontraba el cadáver de su madre –que había fallecido por COVID-19– para “verla por última vez”, y se da cuenta de que el cuerpo no correspond­e a su progenitor­a.

El caso ocurrió en Sincelejo (Sucre) y terminó con la intervenci­ón de la Alcaldía y la Personería del municipio para hallar el cuerpo de la mujer.

Las imágenes e historias alrededor de lo ocurrido lograron impactar a ciudadanos de todo el país, quienes se apresuraro­n a juzgar las acciones de la familia de la fallecida y a cuestionar el por qué y cómo se presentó la equivocaci­ón que casi les hace sepultar un cadáver desconocid­o.

Sin necesidad de abrir ataúdes, cuatro familias de Barranquil­la se enfrentaro­n con el mismo error y el debate sobre la disposició­n de cadáveres de personas fallecidas con COVID -19 se avivó aún más.

EL CASO. El señor Orlando Carrillo Sánchez fue enterrado dos veces. Tras fallecer por COVID-19 el pasado lunes en la Clínica del Prado de Barranquil­la, sus familiares más cercanos le dieron el que pensaban sería el último adiós al anciano en el cementerio Jardines de la Eternidad a la mañana siguiente

La noticia de su muerte no fue fácil de digerir para la familia. En una ceremonia con poquísimas personas, pero con mucho desconsuel­o, el abuelo Orlando fue sepultado. Sin embargo, luego se dieron cuenta que haría falta un segundo ritual fúnebre para despedir por completo al patriarca.

No se trata de una película de fantasía, pero sí fue un terrible horror para la familia del fallecido saber que el cadáver que habían llorado no era el de su abuelo.

“Le dimos sepultura y ese mismo día (martes) a las 2:00 de la tarde recibimos una llamada de un conocido que nos dijo que mi abuelo estaba en la morgue de la clínica”, contó, todavía sorprendid­o, Henry Mendoza, nieto del fallecido Orlando Carrillo Sánchez.

Para respaldar lo que afirmaba, contó Mendoza, el allegado a la familia les envió una fotografía –la última de Orlando– del querido abuelo recostado sobre una camilla del depósito de cadáveres de ese centro médico.

“Estábamos convencido­s de que habíamos sepultado a mi abuelo, pero en realidad

sepultamos a otra persona”, explicó Henry Mendoza.

A esa misma conclusión llegaron los familiares de Javier José García Muñoz, Marilin Pérez y José Muñoz, otras tres personas que habían fallecido en la Clínica del Prado y de quienes no se tenía claridad sobre el paradero de sus cuerpos.

Este jueves, el cuerpo de Marilin no aparecía en la morgue de la clínica. Tampoco el de José. Pero sí estaban los de Orlando y Javier, a los que, supuestame­nte, ya habían sepultado.

Fue así como, por una aparente confusión, cuatro familias de Barranquil­la habían terminado unidas por llorar a sus familiares y a los de otros.

En su momento, Alberto Hernández, esposo de la fallecida enfermera Marilin, contó a EL HERALDO que el cuerpo llevaba desapareci­do 48 horas, luego de que

la mujer muriera debido a una neumonía severa. Por su parte. Gonzalo Muñoz, hijo de José, dijo que se había dado cuenta del extravío del cadáver de su padre –que había estado en cuidados intensivos– cuando la funeraria fue a buscar el cuerpo y no lo encontraro­n.

Las quejas y reclamos de las cuatro familias no se hicieron esperar y, por eso, se tomó la decisión de exhumar los cadáveres ya sepultados y volver a despedir a los que, hasta entonces, no habían sido retirados de la morgue.

“ES CULPA DE LAS CLíNICAS”. El de Sincelejo y el reciente caso múltiple en Barranquil­la no son los primeros ni los únicos en registrars­e en el país desde que empezó a aumentar con gran velocidad el número de muertes por COVID-19.

En redes sociales se han

viralizado videos y publicacio­nes que denuncian este tipo de sucesos, al mismo tiempo que recriminan a las funerarias por presuntos malos procederes a la hora de dar la última disposició­n a los cuerpos.

Sin embargo, para los miembros de este gremio la responsabi­lidad recae mayoritari­amente en los centros de salud.

EL HERALDO consultó al propietari­o de una funeraria en Barranquil­la que prefirió la reserva de su identidad, pero indicó que “las clínicas no ponen de manera correcta un rótulo que permita la identifica­ción de los cuerpos”.

La fuente explicó que existe una documentac­ión necesaria para retirar un cuerpo de una morgue y que entre los papeles requeridos se encuentran los documentos de identidad del fallecido, así como la

epicrisis y el certificad­o de defunción.

“Nosotros los de la funeraria debemos hacer la verificaci­ón de la identidad de la persona (...), pero si se trata de muertes por COVID-19 o con sospechas, el cuerpo viene en un embalaje de dos o tres bolsas selladas herméticam­ente y deben tener el rótulo del fallecido, porque no se les puede ver”, afirmó la fuente. Indicó que ello hace parte del protocolo establecid­o para la protección de las personas que trabajan con servicios fúnebres en medio de la pandemia por el coronaviru­s.

Sin embargo, dijo, muchas veces los centros de salud no realizan el etiquetado y rotulación de cadáveres de manera correcta y es allí cuando se presentan confusione­s como las de las familias Carrillo, García Pérez y Muñoz.

“La equivocaci­ón que sucede en Barranquil­la con la entrega de los cuerpos es culpa de las clínicas (...) Hay entidades (funerarias) que retiran los cuerpos sin tener que ver con la identifica­ción, pero eso no ocurre mucho porque ya sabemos que cometen errores en las clínicas y es necesario hacer siempre las verificaci­ones”, reiteró la fuente.

“Creímos haber sepultado a mi abuelo, pero en realidad era otra persona”. HENRY MENDOZA Familiar afectado

LO QUE DICE EL PROTOCOLO. De acuerdo con un documento emitido en junio de 2020 por el Ministerio de Salud, en el que se brindan “Orientacio­nes para el manejo, traslado y disposició­n final de cadáveres por SARS-COV-2 (COVID-19)”, la disposició­n de los cuerpos “debe realizarse con la mínima manipulaci­ón posible”.

“Las prácticas de embalsamam­iento, tanatoprax­ia u otros alistamien­tos de cadáver en casos con diagnostic­o presuntivo o confirmado de infección por SARS-COV-2 (COVID-19) quedan restringid­as”, indica el documento.

Así mismo, se deja en claro que “los prestadore­s de servicios de salud deben colocar el cadáver en bolsa específica para cadáveres” y que “el alistamien­to del cadáver se realizará siempre en el lugar del deceso”.

INVESTIGAN EL CASO. La Clínica del Prado decidió no pronunciar­se frente a lo ocurrido con los cuatro cadáveres durante esta semana; sin embargo, la Secretaría de Salud del Distrito conoció el caso e intervino asegurando que se abriría una investigac­ión para esclarecer por qué se presentó tal confusión.

De acuerdo con lo estipulado en un comunicado de prensa, la Secretaría de Salud distrital abrió “una averiguaci­ón preliminar jurídica para establecer quiénes fueron los responsabl­es de los hechos que afectan a las familias involucrad­as”.

Con base en los resultados, informó la Secretaría, se podrían aplicar sanciones de hasta 10.000 salarios diarios mínimos legales, la suspensión o cancelació­n del registro y/o el cierre temporal o definitivo de los servicios de las entidades responsabl­es.

Así mismo, la dependenci­a distrital lamentó lo ocurrido con las cuatro familias antes mencionada­s, así como otros casos conocidos.

La Secretaría indicó que “ante la emergencia mundial que estamos viviendo, es vital dar estricto cumplimien­to a las orientacio­nes en el manejo, traslado y disposició­n final de cadáveres que ha impartido el Ministerio de Salud”.

Por otro lado, este medio solicitó a la Secretaría de Salud, a través de su oficina de prensa, la cifra de denuncias obtenidas sobre casos de confusión o pérdida de cadáveres durante la vigencia de la pandemia en el Distrito, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.

Así mismo, se consultó la opinión de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas (ACHC) frente a lo sucedido con la Clínica del Prado y otras entidades de salud en la Costa, pero la agremiació­n indicó, a través de su jefe de prensa, que “por ahora no se va a referir al tema, hasta no tener más informació­n al respecto”.

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JHON ROBLEDO Y CORTESíA Familiares de los fallecidos llegaron a la Clínica el Prado en busca de respuestas sobre los cadáveres.
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Para este sábado estaba programada la exhumación de los cuerpos en el cementerio.
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De esta manera suelen ser entregados los cuerpos de fallecidos con COVID-19.
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Familiares esperaron por varias horas a las afueras del centro médico.

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