El Heraldo (Colombia)

Arrancó operación aérea internacio­nal en Cartagena

El presidente Iván Duque supervisó el reinicio de los vuelos También visitó Playa Azul, donde se adelanta el piloto de reapertura de zonas turísticas marítimas.

- Por Camila Luque Rozo

La mañana del Día de Amor y Amistad estuvo teñida de rojo en el Centro de Barranquil­la. No por los corazones que suelen adornar la celebració­n romántica, sino por la sangre de Katiuska Rangel Cañas, que quedó derramada en una esquina del Paseo Bolívar.

Según testigos, la joven de 29 años fue apuñalada en ocho ocasiones por Aldair Carreño Carreño, a quien identifica­ron como su expareja sentimenta­l y a quien la Policía Metropolit­ana de Barranquil­la capturó con ayuda de los trabajador­es del Paseo Bolívar que, a esa hora, llegaban al sector para iniciar su jornada.

Kate, como la llaman sus allegados, llegó en delicadas condicione­s de salud al Hospital General de Barranquil­la, donde los galenos intentaron salvarle la vida. Sin embargo, tres horas más tarde, falleció por cuenta de las heridas que recibió: cinco en el abdomen, una en la pierna, otra en el cuello y otra en uno de sus brazos.

LA FUE A BUSCAR AL TRABAJO. Pese a que apenas hace un mes había llegado a trabajar en uno de los locales de Fedecafé, ya en el sector conocían a Kate. Una joven atractiva y trabajador­a que había sido contratada en uno de los locales de reparación de teléfonos celulares y venta de acceun sorios que hoy en día son tan populares en el centro.

De acuerdo con sus compañeros de trabajo, la joven había llegado temprano en la mañana de este sábado al lugar de trabajo. Se sentó junto a ellos en el andén, como de costumbre, mientras abrían el centro comercial.

Antes de las 8:00 de la mañana, contaron, un hombre al que no habían visto antes llegó y saludó a Katiuska. Le pidió que lo acompañara y ella accedió.

“Ellos se fueron y él la llevaba abrazada. Ella hizo señas y los compañeros la siguieron para ver qué pasaba, pero se perdieron cruzando la calle”, relató una compañera de trabajo de Katiuska.

Entonces, varios testigos vieron a la pareja sentarse en un muro frente al busto de Jorge Eliécer Gaitán, diagonal al San Andresito del Río. Allí, discutían y ella lloraba. Todos lo vieron, pero no sabían qué hacer porque sólo él y ella sabían a ciencia cierta qué estaba ocurriendo.

“Ella se levantó y el man la agarró y la sentó a la fuerza. La coge y la abraza y ahí como que le pega la primera puñalada en el abdomen. Entonces ella se levanta y empieza a gritar ‘ayúdenme, ayúdenme’. Entonces el vuelve a apuñalarla varias veces. Yo estaba en frente y vi la vaina y gritó ‘cójanlo, cójanlo’, ahí es cuando el man se aturde y empieza a correr”, relató trabajador del sector, quien dijo que en ese momento salió a correr detrás del señalado agresor.

Metros más adelante, varios ciudadanos se sumaron a la persecució­n y lograron aprehender al hombre, quien, afirmaron, solo decía: “Ustedes no saben cómo son las vainas”. Entretanto, la Policía llegó al Paseo Bolívar e intervino para evitar que las personas que se encontraba­n allí lincharan al agresor.

LO HABíAN DEJADO LIBRE. Cuando la joven madre de tres hijos falleció, la Policía Metropolit­ana de Barranquil­la modificó el delito por el que fue capturado Aldair Carreño Carreño. De tentativa de homicidio pasó a homicidio agravado, por lo que fue dejado a disposició­n de un fiscal en la URI para que se diera inicio a un proceso judicial en su contra. Además, informaron que se logró incautar el arma homicida.

Sobre el señalado asesino se conoció que es el padre de la hija menor de la víctima, con quien había sostenido una relación de varios años en Santa Lucía, Atlántico, de donde ambos son oriundos.

Familiares de Katiuska dijeron a EL HERALDO que ella había llegado hacía poco tiempo a Barranquil­la para vivir con su madre y sus hijos en el barrio San Isidro, pues había conseguido empleo en la ciudad.

Cabe destacar que Carreño Carreño había sido capturado junto a otro hombre hace una semana portando 40 cigarrillo­s de marihuana escondidos bajo el cojín de la motociclet­a, en la vía que va de Campo de la Cruz a Santa Lucía. En su momento, las autoridade­s informaron que a ambos hombres se les leyeron sus derechos como capturados por el delito de tráfico, fabricació­n y/o porte de estupefaci­entes, y fueron dejados a disposició­n de la Fiscalía, junto con el alucinógen­o.

Por el momento, se desconocen las razones que motivaron el homicidio, pero familiares de Katiuska Rangel aseguraron que Aldair Carreño era un hombre celoso y que la había agredido físicament­e en ocasiones anteriores.

FEMINICIDI­O. El crimen contra Katiuska Rangel, por las informacio­nes preliminar­es, se enmarca dentro de los homicidios orientados por el género. Un feminicidi­o.

Según las cifras, Katiuska es la mujer número 33 en ser asesinada en el Atlántico. De estos crímenes, 12 –incluyendo el de este sábado– tienen caracterís­ticas de feminicidi­o, una cifra preocupant­e.

En estos momentos el caso se encuentra en manos de la Fiscalía General de la Nación, cuya seccional Atlántico ya asigno a un fiscal para que inicie las investigac­iones en búsqueda de justicia por la muerte de Kate.

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CORTESÍA Aeropuerto Rafael Núñez.
 ?? JHONNY OLIVARES Y CORTESíA ?? El cuerpo de Katiuska cayó al suelo en una esquina del Centro. De allí la llevaron en brazos al hospital.
JHONNY OLIVARES Y CORTESíA El cuerpo de Katiuska cayó al suelo en una esquina del Centro. De allí la llevaron en brazos al hospital.
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Katiuska Rangel
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Aldair Carreño

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