¿Podrá Biden?
Entre las cosas nuevas que durante mi estancia en los Estados Unidos llamaron mi atención, ninguna me sorprendió tanto como la igualdad de condiciones”, así inicia su trascendental obra La Democracia en América, el intelectual Alexis de Tocqueville. Este libro, que explica las percepciones del escritor sobre cómo funcionaba el sistema político en Estados Unidos a diferencia de Europa, donde él se había criado, es un título obligado para cualquier científico político (politólogo) en formación. De esos que se subrayan y estudian hasta desgastar las hojas.
En parte por hitos teóricos como el anterior, cuando hace unos 10 años se buscaba un ejemplo de cómo debería funcionar el bipartidismo, el presidencialismo, en el marco de una democracia representativa en la praxis, se solía mencionar el modelo norteamericano; el cual con todo y sus consabidos defectos sí llegaba a acercarse mayormente a ese ideal democrático planteado en papel. Pero todo cambió y probablemente no sea tan solo culpa de Donald Trump. El magnate es más un producto de la decadencia política estadounidense, que una causa de esta.
Después de una conquista colectiva enorme como la del primer afroamericano en la Casa Blanca llegaría la debacle. ¿Tiene Barack Obama responsabilidad en que un hombre como Trump fuese su sucesor?; Tal vez. El mismo lo ha afirmado. Divisiones internas en el Partido Demócrata los hicieron perder de vista lo que se jugaban al no apoyar en bloque a Hillary Clinton en su momento. Teniendo esto como antecedente, hoy las filas de la colectividad secundan unánimemente a Joe Biden. Un hombre poco carismático, quien ha superado mil batallas en la arena política y personal, pero que no necesariamente era la figura idónea para sacar al millonario de la Pennsylvania Avenue. Sin embargo, el ex vicepresidente está dando todo de sí para derrotar al estrafalario actual presidente.
No soy muy amiga de las predicciones en política, pero pareciera que el parco Biden, ayudado por las afirmaciones sin sentido de Trump, empieza a ganarse el corazón de los estadounidenses. De hecho, encuestas afirman que ha logrado definir ya el voto latino a su favor. El rechazo a la xenofobia y nuevas generaciones llegando a la mayoría de edad con capacidad de acudir a las urnas podrían darle un giro a las elecciones. Así como republicanos pura cepa, que no se sienten representados por un hombre que afirma que beber límpido cura el coronavirus.
Nada está dicho, Biden también ha cometido errores y está haciendo una campaña muy costosa soportada parcialmente por la billetera de Michael Bloomberg, su viejo rival. Así como mediáticamente apoyado con publirreportajes constantes de CNN. Esto último podría tener un efecto búmeran en el que la audiencia se sienta saturada y manipulada. Pero ante el complejo escenario por el que ha pasado la cadena de noticias con Trump, el radical respaldo es comprensible. En fin, es posible que el candidato demócrata dé la sorpresa. Ojalá así sea. Por el bien de la democracia en América.