La hipocresía de Duque con los páramos
Es increíble escuchar a Iván Duque decir tantas mentiras de forma tan tranquila frente a la Asamblea General de las Naciones Unidas, y mentiras de todos los calibres, pues habla de paz cuando él mismo, desde la campaña, le ha puesto todos los palos en la rueda a los acuerdos, desde el intento de modificaciones a la JEP hasta la no implementación de los planes de desarrollo con enfoque territorial (PDET); como ya sabemos, una cara es la del Gobierno y el Centro Democrático dentro del país y otra la que intentan vender ante la comunidad internacional, y más con el tema de la paz.
Pero la mentira más descarada de todas en esta Asamblea General fue cuando dice Duque “queremos convocar a todas las naciones del planeta para que protejamos los ecosistemas de alta montaña(…) y hoy los invito a que creemos una estrategia global para la defensa de los páramos (…) y que entendamos que la protección de los páramos es un deber universal”, cuando al mismo tiempo él y su partido han intentado ofertar el páramo de Santurbán a las multinacionales, y de pasar el fracking hasta con “micos” en el articulado de varios proyectos de ley.
Si realmente estuviera interesado en los páramos tendría cuatro variables para su protección: primero, fomentaría la creación de una “Ley de Páramos” que delimitara y ampliara los territorios protegidos, y así asignara presupuesto para su conservación; segundo, plantearía un modelo de financiamiento, ya sea por impuestos o cooperación internacional, para la creación de un programa de “Familias Guarda Páramos” que estaría conformado por todas las familias campesinas que habitan este ecosistema y que como medio para sobrevivir acuden a la ganadería o al cultivo en especial de papa, convirtiéndose en uno de los actores de la deforestación del páramo, así que la única forma de poder convertir una amenaza en una oportunidad es con la creación de este programa a nivel nacional; tercero, se debe dejar de privilegiar la explotación minera en las zonas de páramo ya que, pese a que legalmente está prohibida, es uno de los mayores responsables de la deforestación, entre otros factores, porque el número de sanciones contra esta actividad es mínima; cuarto, se debe iniciar una lucha frontal y decidida contra la corrupción de la venta de licencias ambientales y la delimitación exprés político-minera, es decir, contra la venta de licencias sin mayores estudios que facilitan que las autoridades locales y regionales delimiten las zonas de páramo a favor de las empresas mineras, las cuales curiosamente apoyan campañas y candidatos políticos del orden nacional, regional y local.
Si el gobierno quisiera proteger los páramos veríamos un ministro de Medio Ambiente trabajando en favor de la protección y no haciéndole lobby al fracking como lo vemos actualmente. Las mentiras de Duque, su partido y seguidores son una constante, pero mentir descaradamente ante la comunidad internacional sobre la paz y los páramos muestran el talante de este gobierno hipócrita con el medio ambiente.