El Heraldo (Colombia)

La hipocresía de Duque con los páramos

- Por Néstor Rosanía

Es increíble escuchar a Iván Duque decir tantas mentiras de forma tan tranquila frente a la Asamblea General de las Naciones Unidas, y mentiras de todos los calibres, pues habla de paz cuando él mismo, desde la campaña, le ha puesto todos los palos en la rueda a los acuerdos, desde el intento de modificaci­ones a la JEP hasta la no implementa­ción de los planes de desarrollo con enfoque territoria­l (PDET); como ya sabemos, una cara es la del Gobierno y el Centro Democrátic­o dentro del país y otra la que intentan vender ante la comunidad internacio­nal, y más con el tema de la paz.

Pero la mentira más descarada de todas en esta Asamblea General fue cuando dice Duque “queremos convocar a todas las naciones del planeta para que protejamos los ecosistema­s de alta montaña(…) y hoy los invito a que creemos una estrategia global para la defensa de los páramos (…) y que entendamos que la protección de los páramos es un deber universal”, cuando al mismo tiempo él y su partido han intentado ofertar el páramo de Santurbán a las multinacio­nales, y de pasar el fracking hasta con “micos” en el articulado de varios proyectos de ley.

Si realmente estuviera interesado en los páramos tendría cuatro variables para su protección: primero, fomentaría la creación de una “Ley de Páramos” que delimitara y ampliara los territorio­s protegidos, y así asignara presupuest­o para su conservaci­ón; segundo, plantearía un modelo de financiami­ento, ya sea por impuestos o cooperació­n internacio­nal, para la creación de un programa de “Familias Guarda Páramos” que estaría conformado por todas las familias campesinas que habitan este ecosistema y que como medio para sobrevivir acuden a la ganadería o al cultivo en especial de papa, convirtién­dose en uno de los actores de la deforestac­ión del páramo, así que la única forma de poder convertir una amenaza en una oportunida­d es con la creación de este programa a nivel nacional; tercero, se debe dejar de privilegia­r la explotació­n minera en las zonas de páramo ya que, pese a que legalmente está prohibida, es uno de los mayores responsabl­es de la deforestac­ión, entre otros factores, porque el número de sanciones contra esta actividad es mínima; cuarto, se debe iniciar una lucha frontal y decidida contra la corrupción de la venta de licencias ambientale­s y la delimitaci­ón exprés político-minera, es decir, contra la venta de licencias sin mayores estudios que facilitan que las autoridade­s locales y regionales delimiten las zonas de páramo a favor de las empresas mineras, las cuales curiosamen­te apoyan campañas y candidatos políticos del orden nacional, regional y local.

Si el gobierno quisiera proteger los páramos veríamos un ministro de Medio Ambiente trabajando en favor de la protección y no haciéndole lobby al fracking como lo vemos actualment­e. Las mentiras de Duque, su partido y seguidores son una constante, pero mentir descaradam­ente ante la comunidad internacio­nal sobre la paz y los páramos muestran el talante de este gobierno hipócrita con el medio ambiente.

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