Una visión del carnaval
Las brisas de estos días me recuerdan con nostalgia el olor a precarnaval que estas cargaban en los años anteriores y la manera en la que se escabullía, entre el sonido del fuerte ondear de las palmeras, la melodía de una flauta de millo, evidenciando que ya la temporada de ensayos había iniciado. Y añorando el Carnaval 2021 rememoré los 31 carnavales que he vivido hasta el momento y visualicé un recorrido por el carnaval del futuro.
Mi recorrido inició por la Casa del Carnaval, coincidí con un grupo de europeos quienes manifestaron estar maravillados con la oferta carnavalera. La recepcionista nos entregó el código QR para acceder a la plataforma digital del carnaval. Busqué en la guía los principales sitios a visitar en Barrio Abajo y me dispuse a caminarlo.
Me encontré un Barrio Abajo vibrante que genera oferta y oportunidades durante todo el año, donde el carnaval, sus hacedores, su tradición y sus historias son los protagonistas. Obras de teatro, conciertos, espectáculos, galerías, exposiciones, ferias, museos, restaurantes, cafés, bares y rutas culturales le dan vida de día y de noche. Universidades, centros de formación, incubadoras, aceleradoras de emprendimiento, espacios de trabajo colaborativo y estudios de producción brindan una oferta óptima para los emprendedores creativos. Me comentó el guía que el barrio atrae a extranjeros cada año para hacer residencias artísticas y que muchos de ellos, incluso, se han quedado a vivir en esta zona, convirtiéndose en el epicentro de la atracción de talento de la ciudad.
La directora de las Negritas Puloy me insistió en que fuera a conocer su centro cultural en el Barrio Montecristo. Me sorprendió ver la cantidad de turistas de diversas nacionalidades haciendo fila para entrar al lugar. Me emocionó encontrar, donde antes era su casa, un lugar en donde a través de experiencias que incluyen realidad virtual vives una Batalla de Flores, te recrean la historia del disfraz y hasta te convierten en una Negrita Puloy. Mi recorrido finalizó en El Gran Congo del barrio Nueva Colombia, una infraestructura impactante. Llegué a tiempo para la función, una obra de teatro originada en este barrio e inspirada en la cultura afro del carnaval, que ha girado por Europa y Estados Unidos durante ya varios años.
Regresé a mi casa dichosa al evidenciar que, a pesar de que aún no era la temporada de carnaval, se vive la fiesta y se exaltan sus valores culturales. Pero sobre todo me hizo feliz ver como el carnaval ha generado miles de empleos estables, les ha dado a los hacedores la oportunidad de vivir de su talento al tener la posibilidad de acceder a una oferta de formación y promoción, ha logrado consolidar las exportaciones de la oferta cultural y creativa y potenciar significativamente el turismo cultural de la ciudad durante todo el año tanto presencial como a través de la oferta virtual.
Me llenó de orgullo presenciar que la institucionalidad del carnaval ha logrado sensibilizar y movilizar a la comunidad carnavalera y a la ciudadanía que hoy conoce, valora y exalta las tradiciones, a la academia que está comprometida con la preservación de sus valores y con la formación artística y empresarial y a la empresa privada que le apuesta al carnaval como industria creativa. Los invito a que construyamos entre todos una visión común del carnaval del futuro y trabajemos unidos para lograr ese sueño. ¿Cómo visualizas tú el carnaval del futuro?