Tabús y vacunas
La usanza oral, especialmente en el Caribe, ha sido la forma de transmitir tabús o mitos que han excluido generaciones de ciertas prácticas o recomendaciones. Cultivamos la tradición. Estos prejuicios sociales y religiosos nos han enclaustrado en dogmas. Guardan relación con lo que no conocemos o vemos, con fantasmas, creencias y concepciones. Son los diptongos de nuestra cultura, única y mágica, rica en imaginación donde vuelan, como nuestro temperamento, mariposas amarillas tristes y alegres.
Se necesita una política de salud pública ambiciosa, necesaria e inaplazable: vacunación universal para protegernos de la Covid-19. Hay que llevar a la comunidad una pedagogía científica que le quite el “cuento de las vacunas” y facilite que las jornadas diseñadas no tengan la esclusa de la desinformación. Vivimos en un pueblo grande, la comunicación está a distancias del teclado: oprima el buscador Google, Covid-19, y en 0,73 segundos aparece 6.3 mil millones de referencias y si utiliza Pub Med, para filtrar solo publicaciones médicas, estamos cerca de 91.000 escritos.
De infodemia a toxidemia que unido a los tabús atrasan las metas en salud.
“Tan rápido no es posible”.
Falso. Los tiempos históricos que duraba hacer la vacuna se han modificado. Ya había información previa del virus y utilizaron los investigadores plataformas ya conocidas. Desde 1990 la bioquímica húngara Katalin Kariko viene trabajando el tema del RNA mensajero y su perseverancia obsesiva de 30 años cambió los paradigmas de la inmunización. Estudios en paralelo para fase 1 y fase 2 agilizaron el proceso. Un trabajo colectivo mayúsculo, público y privado. Cerca de dos millones de muertos deja la Covid- 19. La vacunación, la única salida y la emergencia –sin saltarse los protocolos sanitarios– exigía respuestas rápidas que se lograron sin derribar el método científico.
“Da susto porque no son seguras”
Falso. Los efectos colaterales de las vacunas son reconocidos y en general son leves. No se puede creer la toxidemia de las redes sociales y las exageradas desinformaciones. Después de la vacunación hay un periodo de seguimiento que nos permite diagnosticar estas reacciones: la farmacovigilancia. Esto no termina cuando sacan la aguja. Es tonto considerar la inmunidad natural superior. La enfermedad da inmunidad, pero expone al huésped a sus complicaciones. Las vacunas dan inmunidad sin el riesgo de contraer el padecimiento.
Recuerde: ninguna contiene el virus vivo. Solo es un correo electrónico que recibe el sistema inmunológico para la producción de anticuerpos. La plataforma RNA mensajero que se utilizó: ¡excepcional! La Covid-19 ha colocado esta carta de navegación, RNAM, como el futuro para el control de las próximas pandemias.
Los tabús son la piedra en el zapato que no nos deja llegar a la verdad. La pedagogía de la inmunización debe hacerse utilizando vocales de la cultura regional y el abecedario de quienes serán los educadores y ejecutivos de esta política de salud. Hay que entrenar y capacitar al personal sanitario no solo en la aplicación de la vacuna, sino en la información. Registros sistematizados: sueño con una historia clínica universal de los colombianos en una gran red de comunicación epidemiológica.
Dos posibilidades: confianza y creemos en la ciencia. O la pseudociencia y las redes enlutarán más hogares.