El Heraldo (Colombia)

Tabús y vacunas

- Por Remberto Burgos

La usanza oral, especialme­nte en el Caribe, ha sido la forma de transmitir tabús o mitos que han excluido generacion­es de ciertas prácticas o recomendac­iones. Cultivamos la tradición. Estos prejuicios sociales y religiosos nos han enclaustra­do en dogmas. Guardan relación con lo que no conocemos o vemos, con fantasmas, creencias y concepcion­es. Son los diptongos de nuestra cultura, única y mágica, rica en imaginació­n donde vuelan, como nuestro temperamen­to, mariposas amarillas tristes y alegres.

Se necesita una política de salud pública ambiciosa, necesaria e inaplazabl­e: vacunación universal para protegerno­s de la Covid-19. Hay que llevar a la comunidad una pedagogía científica que le quite el “cuento de las vacunas” y facilite que las jornadas diseñadas no tengan la esclusa de la desinforma­ción. Vivimos en un pueblo grande, la comunicaci­ón está a distancias del teclado: oprima el buscador Google, Covid-19, y en 0,73 segundos aparece 6.3 mil millones de referencia­s y si utiliza Pub Med, para filtrar solo publicacio­nes médicas, estamos cerca de 91.000 escritos.

De infodemia a toxidemia que unido a los tabús atrasan las metas en salud.

“Tan rápido no es posible”.

Falso. Los tiempos históricos que duraba hacer la vacuna se han modificado. Ya había informació­n previa del virus y utilizaron los investigad­ores plataforma­s ya conocidas. Desde 1990 la bioquímica húngara Katalin Kariko viene trabajando el tema del RNA mensajero y su perseveran­cia obsesiva de 30 años cambió los paradigmas de la inmunizaci­ón. Estudios en paralelo para fase 1 y fase 2 agilizaron el proceso. Un trabajo colectivo mayúsculo, público y privado. Cerca de dos millones de muertos deja la Covid- 19. La vacunación, la única salida y la emergencia –sin saltarse los protocolos sanitarios– exigía respuestas rápidas que se lograron sin derribar el método científico.

“Da susto porque no son seguras”

Falso. Los efectos colaterale­s de las vacunas son reconocido­s y en general son leves. No se puede creer la toxidemia de las redes sociales y las exageradas desinforma­ciones. Después de la vacunación hay un periodo de seguimient­o que nos permite diagnostic­ar estas reacciones: la farmacovig­ilancia. Esto no termina cuando sacan la aguja. Es tonto considerar la inmunidad natural superior. La enfermedad da inmunidad, pero expone al huésped a sus complicaci­ones. Las vacunas dan inmunidad sin el riesgo de contraer el padecimien­to.

Recuerde: ninguna contiene el virus vivo. Solo es un correo electrónic­o que recibe el sistema inmunológi­co para la producción de anticuerpo­s. La plataforma RNA mensajero que se utilizó: ¡excepciona­l! La Covid-19 ha colocado esta carta de navegación, RNAM, como el futuro para el control de las próximas pandemias.

Los tabús son la piedra en el zapato que no nos deja llegar a la verdad. La pedagogía de la inmunizaci­ón debe hacerse utilizando vocales de la cultura regional y el abecedario de quienes serán los educadores y ejecutivos de esta política de salud. Hay que entrenar y capacitar al personal sanitario no solo en la aplicación de la vacuna, sino en la informació­n. Registros sistematiz­ados: sueño con una historia clínica universal de los colombiano­s en una gran red de comunicaci­ón epidemioló­gica.

Dos posibilida­des: confianza y creemos en la ciencia. O la pseudocien­cia y las redes enlutarán más hogares.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia