Nuevas restricciones y todavía sin vacunas
Después de pasar el peor diciembre de sus vidas, los sectores productivos –en especial el comercio– pensaron que con el año nuevo vendría la reactivación económica. Falsa ilusión. Llegó enero y vino acompañado de nuevas restricciones, al punto de que muchos negocios y locales debieron cerrar para siempre. La llamada segunda ola de la pandemia resultó mucho más contagiosa y más letal que la primera. Mientras no haya vacuna el drama seguirá creciendo. Por eso resulta tan desalentador –tanto en el ánimo colectivo como en la reactivación económica– la incertidumbre que acompaña la llegada de la vacuna al país. Está más que demostrado que el sector productivo no resiste tantas restricciones. Ninguna economía del mundo aguanta el cierre de empresas, industrias y fábricas. En el caso colombiano, por ejemplo, la “masacre laboral” será monumental y la recuperación de los empleos que se pierdan con las nuevas restricciones tomará décadas. Los ingresos de los micros, pequeños y medianos empresarios, afiliados a Acopi, han caído en más de un 50 por ciento. El pesimismo de los comerciantes afiliados a Fenalco, sobre una posible reactivación con el nuevo año, se disparó al 70 por ciento. El Gobierno debe tomar atenta nota de esta otra tragedia –ya no en vidas humanas– para agilizar cuanto antes la llegada al país de la vacuna contra el coronavirus.