“Nacido para vencer”
No son días fáciles. Amigos que fallecen, personas que están contagiados en salas UCI, cercanos que han perdido su trabajo o que han visto quebrados sus negocios. Llamadas telefónicas de angustias y desesperación que muestran las consecuencias de todos los hechos de esta pandemia. Esas son las manifestaciones de las jornadas de este inicio del 2021, y ahí nos tenemos que preguntar: ¿Cómo mantenernos serenos emocionalmente en medio de esta condición? ¿Qué herramientas nos ofrece la espiritualidad para poder vivir equilibradamente toda esta montaña rusa de emociones? Seguro que no hay fórmulas mágicas, pero sí quiero proponer algunas acciones que podrían ayudar:
1. Hay que aceptar las situaciones que vivimos. Es necesario evitar cualquier tentación de evadir o de distorsionar lo que estamos viviendo. Aceptamos la tristeza y el dolor que experimentamos. Evitamos relatos de justificación y de excusas que nos lleven a asumir características irreales. Necesitamos momentos para cerrar los ojos y tomar conciencia de lo que padecemos, y lo aceptamos con serenidad. Una buena experiencia espiritual nos hace vivir con los pies sobre la tierra, asumiendo con realismo lo que nos acontece.
2. Cualquier búsqueda espiritual no nos puede apartar de las batallas científicas, médicas y económicas que tengamos que tocar. Como dice el refranero: “A Dios rogando y con el mazo dando”. Buscamos paz interior, pero trabajamos con todas nuestras capacidades enfocadas en tomar las medidas que nos corresponden para solucionar las situaciones. Ten la certeza de que las causas no son metafísicas, sino causadas por nuestras maneras de actuar individual y socialmente. Usar discursos sobrenaturales para liberarnos de la situación y de la responsabilidad lo único que hace es agravar la situación, porque nos lleva a no trabajar en lo que nos corresponde.
3. Regular nuestras emociones. No dejar que ellas, como un río, nos arrollen. Se requiere expresarlas equilibradamente y encontrar en ellas motivos para seguir trabajando. Tener ayudas idóneas para saber trabajarlas y lograr vivirlas con tranquilidad. Los momentos de meditación nos pueden ayudar a ser más dueños de nuestras emociones.
4. Tenemos muchas cualidades, hemos logrado victorias en el pasado, hay gente que nos ama y nos ayuda. Debemos evidenciarlo constantemente a través de un diálogo interior positivo, en el que nos autoafirmemos como personas valiosas y capaces. No se trata de creernos «superpoderosos» o los más especiales, se trata de encontrar en las victorias pasadas y en todo lo bueno que tenemos herramientas para seguir adelante. Orar dando gracias por lo que somos y tenemos nos va a generar una mejor experiencia. Y claro, creo que Dios siempre nos ayuda, actuando desde dentro de nosotros, por lo cual confiamos en su presencia en nuestras vidas.
Estoy convencido de que la espiritualidad nos ayuda a seguir adelante, porque nos genera esperanza, responsabilidad en las acciones diarias, confianza en nosotros mismos, en los que nos aman y en Dios. Necesitamos más experiencias sublimes en las que trascendamos a las situaciones inmediatas que nos acorralan, para encontrar respuestas que nos ayuden a seguir adelante. Sigo siendo optimista aún en medio de los dolores, las angustias y las ansiedades de todo lo que vivo, pero no me doy por vencido y confío en que saldremos adelante. Hago oración, celebro la fe, medito los textos bíblicos, leo poesía, escucho música y trato de encontrar fuerzas para no ceder al pesimismo y a la destrucción. Nacimos para vencer.