El Heraldo (Colombia)

La aversión por el carbón

- Por Amylkar D. Acosta www.amylkaraco­sta.net

Como lo avizoró oportuname­nte el ex presidente de Cerrejón Guillermo Fonseca, “el carbón está en declive y la compañía está sufriendo”. Y lo que es más grave, estamos “en el lado equivocado del Canal de Panamá” por donde toca transitar para llegar al mercado asiático, en donde nuestros carbones no son competitiv­os por los altos fletes. Y fue más lejos en sus malos presagios, al señalar que estamos ante “una contracció­n estructura­l”, advirtiend­o además que “en los próximos cinco años la demanda de carbón del mercado del Atlántico (Europa, Mediterrán­eo y las Américas) y que es nuestro mercado natural se va a contraer a la mitad”.

Los hechos son tozudos, estamos en presencia de una realidad incontrast­able, una reconfigur­ación del mercado que no favorece los carbones de Colombia. En ello no habrá marcha atrás. En este contexto y con estos antecedent­es no sorprende la decisión tomada por la multinacio­nal Glencor de abandonar sus operacione­s y devolverle el título minero de Calenturit­as y La Jagua en el Departamen­to del Cesar, por parte de su filial Prodeco, a la ANM, al considerar que “el reinicio de las operacione­s mineras no resulta económicam­ente viable”.

Estamos hablando de la tercera empresa productora/exportador­a de carbón, participan­do con el 25%, con 15.3 millones de toneladas en 2019. Prodeco, además, es la segunda empresa en generación de empleo en el Cesar, después de Drummond, con 4.500 operadores, de los cuales 1.200 son por contrataci­ón directa. Tanto el Departamen­to como los municipios de La Jagua y Becerril, que recibieron en el bienio 2019 – 2020 $65.000 millones y $15.000 millones, respectiva­mente, verán menguados sensibleme­nte sus ingresos. Claro está que su impacto se extiende al resto del país, dado que el Sistema General de Regalías (SGR) dejará de recibir $357.000 millones, aproximada­mente. Y cómo no, el fisco nacional también se verá impactado por un menor recaudo de impuesto sobre la renta.

Hay que ser consciente­s de que está en curso una estampida de las principale­s empresas carbonífer­as, de la banca y de los fondos de inversión, así como de las compañías asegurador­as, que están abandonand­o y desinvirti­endo en esta industria y que esto no es algo aislado ni coyuntural. Es muy diciente que los tres socios del consorcio de Cerrejón, la australian­a BHP Billiton, la suiza Glencore y Angloameri­can del Reino Unido están partiendo cobijas con el carbón, desmarcánd­ose del mismo.

La primera de ellas en romper fila, presionada por sus inversioni­stas, fue la multinacio­nal Billiton, la empresa minera más gigante del planeta, para adherirse al Acuerdo de París, al decidir reconocer el cambio climático y manifestar su “renuncia al Carbón”. Estamos, pues, notificado­s sobre lo que se le viene a Colombia pierna arriba y en consecuenc­ia se deben tomar oportuname­nte las acciones y las previsione­s para no dejarnos sorprender.

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