Los bordados de esperanza que tejen dos mujeres atlanticenses
Ambas trabajan desde sus casas. La sala, terraza y algunas habitaciones hacen de taller de confecciones. De hecho, hasta sus viviendas se redujeron a tal punto que, en ocasiones, el espacio no es suficiente para albergar materia prima, maquinaria y el resultado de sus producciones. La diseñadora de prendas textiles Shyrlis Díaz y la artesana Blesina Machacón son las protagonistas de esta historia. Aunque no se conocen, tienen varias cosas en común: la pasión por el arte y la moda, la generación de empleo a más familias y la actitud pujante que han tenido durante la pandemia para sacar a flote sus emprendimientos, pese a la crisis sanitaria y económica que ha vivido nuestro país.
Estas mujeres atlanticenses, prácticamente no han dejado de confeccionar. Sus máquinas, en el caso de Shyrlis, y las manos tejedoras de Blesina, se mantuvieron activas desde mayo de 2020. Durante toda la pandemia, solo un mes fue el que se suspendieron los bordados y la ejecución de prendas de vestir femeninas.
“En los primeros días del confinamiento, nos rebuscamos por otro lado, ya que el esposo de mi hija es auxiliar de albañilería y mototaxi, y mi esposo arregla calzado, entonces por ahí sustentamos el hogar”, dijo Blesina a EL HERALDO.
La oriunda de Suan, Atlántico, lleva 30 años haciendo tejedurías en fique. Actualmente produce elementos de la línea hogar en este material, tales como: tapetes, individuales, canastos, servilleteros, centros de mesa, entre otros. Bolsos para mujer también hacen parte de su catálogo, que es ofrecido por Artesanías del Atlántico.
Shyrlis, por su parte, el primer mes de confinamiento dejó de producir para sus clientes habituales, pero confeccionó tapabocas quirúrgicos que enviaba por domicilio, desde su casa en el barrio La Victoria, en Barranquilla.
Cabe resaltar que Barranquilla, hasta el primer semestre de 2021, con un 4,2 % ocupa el cuarto lugar de participación en el mercado de confección en Colombia, según cifras de la Cámara Colombiana de Confección.
Generación DE EMPLEO.
Uno de los aspectos positivos en los que la artesana y la diseñadora coinciden es que en medio de la covid-19 han aumentado el número de sus empleados, debido a la demanda que han tenido. “Nosotros estábamos haciendo 8.000 prendas mensuales, pero ahora estamos en un proyecto de aumentar a 19.000, así que voy a necesitar más personas para poder lograr más o menos 4.500 prendas semanales”, confirmó la barranquillera que, actualmente tiene 15 personas trabajando en su taller y 35 mujeres modistas que laboran desde sus hogares.
Blesina inició solo con su núcleo familiar (seis personas) y hoy día tiene involucradas a seis vecinas más. Afirma, además, que le hicieron un “pedido grande” y está necesitando más mujeres.
motivaciones. La diseñadora aprendió el arte textil empíricamente, pero hace dos años fue certificada por el Sena en Diseño de Prendas de Vestir. Hoy, es distribuidora de ropa femenina y la mayoría de sus clientes están en Cartagena. Shyrlis recuerda que todo se inició y se mantiene en su casa, donde empezó confeccionando prendas para sus hijos y ella.
“Me motiva vivir de esto, que más personas luzcan lo que diseño y que tenga trabajando conmigo más mujeres desde sus casas. Recuerdo que empecé con 12 unidades y hoy hacemos miles de ellas. Esto ha sido una bendición para mí y mis colaboradores”, resalta.
Blesina le agradece a la abuela de sus hijos, Tomasa Rodríguez, por haberle enseñado a tejer a sus 16 años. “Nos sentimos muy contentos porque es algo que nos gusta, que nos ha ayudado a salir adelante, es mucha la pasión que siento y es muy gratificante”, reiteró.
Con sus testimonios, Shyrlis y Blesina desean que más mujeres logren salir adelante con sus talentos. Su mensaje es que “nada ni nadie”, incluso la pandemia, las puede detener.